El Concejo de Seguridad de la ONU se reunió este jueves para tratar el caso Skripal a pedido expreso de Rusia. El representante ruso ha hecho planteamientos que han dejado en evidencia a Reino Unido. Y es que a medida que se van conociendo algunos detalles, Londres va ofreciendo versiones a la carta.
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La última versión de la serie es que la sustancia química que les intoxicó se encontraba en el pomo de la puerta del domicilio de los Skripal, algo que, tal como ocurrió con el resto del menú de opciones que ofreció Londres sobre el lugar del envenenamiento, no resiste a la serie de interrogantes que plantea Rusia.
Entonces, Nebenzia ofreció una teoría plausible: "La única explicación es que (los Skripal) recibieron un antídoto, lo cual desmiente todas las afirmaciones sobre la involucración de Rusia", concluyó. Así, encontró otro lugar por el que hace aguas la investigación británica.
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Para el periodista y analista internacional Juan Aguilar, "este es un tema que viene flotando desde el inicio de este caso".
"Se han dado ya varias hipótesis. Parece que los investigadores ingleses van soltando hipótesis a medida que se van descubriendo sin posibilidad, entonces inventan una nueva. Apelaron a que (el envenenamiento) fue en el restaurante, o que fue en el equipaje que llevaba la hija de Skripal, luego que si en el cambio de marchas del vehículo, luego en el ventilador del vehículo, y ahora es el pomo de la puerta".
El periodista subraya que todas estas teorías de los investigadores británicos están sin contrastar, al no haber "ninguna pista, ni siquiera como para poder asegurar que estamos ante el agente tóxico que dicen que es, por lo tanto todo esto no son más que especulaciones", observa.
"En el momento en que (los Skripal) hubieran tenido contacto con la piel en cantidades superiores a 1 ó 2 milígramos (con la sustancia), habría causado muerte inmediata. El hecho de que estas personas estuvieran en su domicilio, presuntamente se intoxicaran con el producto, se fueran a un pub, luego a comer, y tres horas después es cuando se produce el colapso en el banco del parque, indica claramente que al menos podemos ir descartando que sea un agente neurotóxico", zanja el analista.
A raíz de esta inquietud, el diario The Sun, citando fuentes gubernamentales, informó que los animales fueron incinerados. "Cuando un veterinario pudo entrar en la propiedad (…) había dos conejillos de indias muertos, desgraciadamente", declaró a la AFP una portavoz del ministerio británico de Medio Ambiente, Alimentación y Asuntos Rurales, quien al mismo tiempo informó que se había encontrado un gato en tan mal estado, que tras ser llevado al laboratorio militar de Porton Down, fue sacrificado. Todos los animales fueron incinerados.
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No obstante, la embajada de Rusia en Londres brindó la información de la existencia de un segundo gato, al que no hizo alusión la portavoz británica. ¿Omisión intencionada o falta de información?
Ante este escenario, llegó la reacción de Zajárova a través de su perfil de Facebook. Trazó una secuencia de los hechos, y palabras más, palabras menos, se preguntó: "Así que, ¿cómo? ¿Se hizo una búsqueda (en la casa de los Skripal por parte de los investigadores), pero nadie se dio cuenta de que habían animales? ¿No notaron a las mascotas de la persona que fue envenenada con un agente tóxico?".
Y dejó un posdata flotando en el aire: "No estoy sacando ninguna conclusión. Y, tal vez, sea sólo una coincidencia. Pero se realizaron experimentos con gas nervioso en Porton Down en conejillos de indias (durante 40 años en el laboratorio, estos estudios se realizaron en 3.400 de estos animales). Cuanto más distancia se toma de los hechos, más terrible es la imagen que se abre".
Aguilar indica que en toda esta situación de las mascotas, "todo es muy raro". "Para la investigación seguramente habría que haberles sacrificado para ver si estaban contaminados y sacar muestras de esa contaminación, pero no se les incinera. Se les hace la autopsia pertinente. Porque incinerar es destrucción de pruebas".
"¿Alguien puede imaginar en su sano juicio, tal como están las cosas? ¿Que si en los gatitos o las cobayas hubiera muestras del agente neurotóxico, iban a haberlos incinerado? (…) Lo que hicieron al incinerarlos se llama destrucción de pruebas", concluye Juan Aguilar.