"El presidente de Rusia, Vladímir Putin, subrayó que presionar con sanciones contra Teherán no tiene sentido, y que es necesario esforzarse para preservar el Plan de Acción Integral Conjunto [PAIC] sobre el programa nuclear iraní aprobado por la resolución 2231 del Consejo de Seguridad de la ONU", dice el comunicado.
En julio de 2015, Irán y seis mediadores internacionales —Rusia, EEUU, el Reino Unido, China, Francia y Alemania— firmaron el PAIC, que impuso una serie de limitaciones al programa nuclear iraní con el objetivo de excluir su posible dimensión militar, a cambio del levantamiento de las sanciones internacionales.
En mayo de 2018, EEUU rompió el acuerdo y empezó a imponer sanciones contra Irán con el argumento de que ese país seguía desarrollando armas nucleares.
Un año después, Irán, en respuesta, empezó a reducir de manera gradual sus compromisos en el marco del PAIC.
Implementación de los acuerdos de Minsk
Durante la conversación, el presidente de Rusia y la canciller de Alemania evaluaron negativamente las recientes declaraciones de las personalidades oficiales de Ucrania de que se debe revisar los acuerdos de Minsk.
"Las dos partes emitieron una evaluación negativa sobre las recientes declaraciones de las personalidades oficiales de Ucrania de que se debe revisar 'el conjunto de medidas' trazado en Minsk", comunicó.
Putin y Merkel confirmaron que los acuerdos de Minsk no tienen alternativa, porque constituyen la única base de eliminación del conflicto interno ucraniano, y señalaron la importancia de cumplir incondicionalmente "el conjunto de medidas" y las decisiones aprobadas en las cumbres del cuarteto de Normandía (Alemania, Francia, Rusia, Ucrania), en particular el 9 de diciembre de 2019 en París, así como se pronunciaron a favor de intensificar la labor en este sentido, en primer lugar con esfuerzos de los asesores de los líderes del "cuarteto", dice el comunicado.
Desde abril de 2014, Ucrania lleva a cabo una operación contra las milicias en el este de su territorio —Donbás— donde se proclamaron las repúblicas populares de Donetsk y Lugansk, en respuesta al violento cambio de gobierno ocurrido en Kiev en febrero del mismo año.
Los acuerdos de Minsk, suscritos en septiembre de 2014 y en febrero de 2015, sentaron las bases para una solución política al conflicto, pero no han derivado hasta ahora en el cese de la violencia, cuyo resultado la ONU estima en unos 13.000 muertos.