"Las reuniones de trabajo que el presidente kazajo, Nursultán Nazarbáev, acaba de mantener en Pekín con representantes de los países garantes o, para ser exactos, con los máximos dignatarios de Rusia y Turquía, testimonian que las partes están examinando activamente diversos aspectos de la implementación del memorando (firmado en Astaná)", declaró Abdrajmánov a periodistas.
El ministro añadió que en esa labor están implicados ante todo los departamentos militares, porque "se trata de delimitar las zonas de distensión en el mapa, así como crear puestos de observación y puestos de control a lo largo de aquellas".
"Cada detalle es importante, en particular las obvias preguntas de quiénes ejercerán el control de las zonas de distensión y quiénes prestarán servicio en esos puntos de control o de observación", mencionó.
Con respecto al proceso de negociaciones sobre Siria, el jefe de la diplomacia kazaja subrayó que Ginebra sigue siendo la plataforma principal.
"En lo que atañe a una nueva ronda de conversaciones en el marco del proceso de Astaná, las directrices fueron marcadas en el último encuentro. Se dijo que los países garantes planean celebrar una reunión a mediados de julio, a la que precederá un encuentro de trabajo, técnico, en Ankara", recordó.
Asimismo, el canciller afirmó que el las conversaciones sobre Siria de Ginebra se esperan discusiones muy agudas.
"Allí habrán cuatro bloques temáticos, relacionados con el Gobierno, las elecciones, la Constitución y la lucha contra el terrorismo; cada uno de estos bloques merece no solo atención aparte, sino que se esperan discusiones muy agudas teniendo en cuenta las posiciones, a menudo irreconciliables, que tienen las partes implicadas", aseveró.
La ronda más corta de diálogos sobre Siria arranca este martes en Ginebra.
A principios de mayo, la capital kazaja acogió la cuarta ronda de consultas internacionales sobre Siria con la asistencia de representantes de Damasco, la oposición armada, países garantes del armisticio declarado a finales de 2016 (Rusia, Turquía e Irán), así como diplomáticos de la ONU, EEUU y Jordania en calidad de observadores.
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El acuerdo busca poner fin a los enfrentamientos armados entre las fuerzas gubernamentales y las de la oposición, afianzar el armisticio vigente desde el 30 de diciembre y separar a los rebeldes de los grupos terroristas Daesh (autodenominado Estado Islámico) y Frente al Nusra, proscritos en Rusia y otros países.
