Durante toda la operación para la liberación de Alepo Oriental de los grupos terroristas, EEUU, el Reino Unido y otras naciones europeas acusaron regularmente a Rusia de "provocar un desastre humanitario", e incluso "cometer crímenes de guerra", escribe el autor.
No obstante, en Mosul, donde el Ejército iraquí, con el apoyo de la coalición liderada por EEUU, avanza en la ciudad ocupada por los terroristas de Daesh, cada vez más civiles mueren a causa de los ataques aéreos.
Además de Mosul, lo mismo sucede en Siria, donde en varios casos recientes, como mínimo, los ataques aéreos de EEUU acabaron con la vida de múltiples civiles.
El periodista vincula el aumento de la intensidad de los ataques con la determinación —y la promesa electoral— del nuevo presidente estadounidense, Donald Trump, de "acabar con Daesh cueste lo que cueste".
Paralelamente, esta escalada no excusa ni justifica el aumento de víctimas civiles, subraya Tisdall, que cita a los grupos de defensa de derechos humanos.
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Peor aún: las muertes de los civiles permiten a los reclutadores de Daesh motivar a más seguidores para que cometan actos terroristas.
"[Tras las bajas civiles en Yemen], ahora Irak y Siria experimentan esa brusca belicosidad (…) Próximamente, el propio presidente de EEUU podría enfrentarse a las acusaciones de haber cometido crímenes de guerra. ¿Qué diría la líder británica en este caso?", se pregunta el autor como conclusión.