En una intervención en la Casa Blanca, Trump comentó sobre el desarrollo de la investigación del asesinato del periodista saudí Jamal Khashoggi en el consulado de Riad en la capital turca el 2 de octubre.
Uno de los argumentos usados por Trump fue que en Riad "nos ayudaron mucho con el tema de Israel, financiando muchas cosas".
Es peculiar que Arabia Saudí ni siquiera mantiene relaciones diplomáticas con Israel y hasta desconoce su estatus como Estado. Sin embargo, este factor no impidió el acercamiento entre los dos países basado en la hostilidad común hacia Irán. Tanto Tel Aviv como Riad consideran a Teherán como su mayor rival en la región.
Las reuniones de alto nivel, si bien ocurrieron, suelen estar envueltas en el secretismo. Los altos cargos israelíes, a su vez, señalan que el deseo de ocultar los contactos entre los dos países viene de la parte saudí.
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Irán es un 'enemigo perfecto' para los dos.
A su vez, Israel ve en Irán una amenaza existencial dado que en el pasado los altos cargos iraníes amenazaron con aniquilar a la 'entidad sionista', como llaman a Tel Aviv, así como por su apoyo a Hizbulá, el movimiento chií libanés que se enfrentó militarmente con los israelíes más de una vez.
Hoy en día, Siria se convirtió en la arena para esta contienda geopolítica. Irán, un aliado histórico de Siria, intervino en el conflicto en el país a petición de Damasco, mientras que Arabia Saudí fue acusada por la parte siria de apoyar a los grupos radicales suníes con el fin de derrocar al presidente Bashar Asad; e Israel, por sus incesantes ataques aéreos contras los supuestos objetivos iraníes en el territorio sirio para prevenir posibles suministros de armas sofisticados a Hizbulá.
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