Jean Claude-Juncker puso el gancho. Ocurrió este jueves y fue en el documento con el que la Unión Europea hará frente a la imposición de aranceles de EEUU al acero y el aluminio. Se trata de un plan de dos etapas: en la pimera prevé imponer tasas del 25% a las importaciones de varios productos provenientes del país norteamericano a partir del 20 de junio; y en la segunda, que se implementaría en marzo de 2021, prevé el aumento de 10, 25, 35 y 50% de las tasas.
El texto, publicado este 17 de mayo en el portal de la UE, un día después de ser firmado, sentencia: "La UE suspende desde el 20 de junio de 2018 el anexo sobre las preferencias arancelarias a las importaciones en el comercio con Estados Unidos de conformidad con el GATT-1994 (Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio)".
Europe united on Iran and trade relations with the US, improving connectivity and security in the #WesternBalkans region. #EUCO https://t.co/wHUr4UtP89
— European Commission 🇪🇺 (@EU_Commission) 18 мая 2018 г.
Antes de la decisión, el propio Juncker ya había fijado en su radar a EEUU como objetivo para lanzar el misil. Los tambores de guerra empezaban a tronar. Declaró que la UE aprobaba la implementación del estatuto de bloqueo de 1996 para neutralizar las consecuencias de las sanciones extraterritoriales. "Debemos hacerlo y lo haremos mañana por la mañana", sentenció, al indicar que la UE y la Comisión Europea tienen el compromiso de defender las compañías europeas, sobre todo las pymes.
.@JunckerEU #Sofia #Iran “Need to protect our companies, notably SMEs. @EU_Commission will start work tomorrow on amending the Blocking Statute to include US Iran sanctions. Aim is to get it in place before sanctions kick in on 6 August. We need to do it and we will do it.” pic.twitter.com/ZB3ZPVGc53
— Mina Andreeva (@Mina_Andreeva) 17 мая 2018 г.
En medio de la vorágine, en Bruselas una fuente diplomática informaba a Sputnik que en la UE ronda la idea de pasar del dólar al euro para pagar el petróleo que le suministra Irán, que a su vez desde hace un tiempo, y antes de la salida de EEUU del acuerdo nuclear, sondea el terreno para usar otra divisa que no sea el dólar en sus transacciones comerciales.
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El analista abunda en que "hasta ahora la UE no había dado pasos para lograr que el euro tuviera un peso superior al que tenía anteriormente el franco, el marco, y la lira, en las reservas internacionales, por eso es que una decisión de ese tipo no es estrictamente económica, sino que tiene un fuerte componente político".
Así las cosas, este mismo jueves el viceministro de Exteriores en funciones ruso, Serguéi Riabkov, hizo un llamado a que Rusia y sus socios reduzcan la dependencia del sistema bancario estadounidense.
Una idea que a su vez fue palidecida por el primer ministro belga, Charles Michel, quien se descolgó con otra más interesante al intervenir en la apertura de la cumbre en los Balcanes. Declaró que la UE baraja proteger a sus empresas en Irán con líneas de crédito a través del Banco Europeo de Inversiones.
"Lo que le está ocurriendo a la UE es que tiene que decidir si es que va a empezar a hacer una política exterior propia, o va a seguir subordinada a una política exterior que le hagan otros. Y a este respecto, lo cierto es que entre los países miembros de la Unión hay dos posiciones: los que quieren una política más independiente, y los que mantienen que el paraguas de la OTAN y de EEUU sigue siendo imprescindible. Por eso, esas contradicciones muchas veces en los propios discursos", observa Arriola.
Simultáneamente a los golpes que había comenzado a lanzar Bruselas a su socio al otro lado del Atlántico, precisamente una delegación de Pekín visitaba Washington, en la que era una devolución de la visita que representantes norteamericanos habían hecho al gigante asiático días atrás, para negociar una suavización de la escaramuza comercial que los enzarza.
Entonces, se conocieron unas declaraciones del portavoz del Ministerio de Comercio de China, Gao Feng, que trazaban una línea roja: "Vamos a defender vigorosamente nuestros derechos e intereses, la parte china no va a regatear con EEUU nuestros intereses fundamentales".
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Todos esos acontecimientos contrastaba con lo que estaba ocurriendo al otro lado del mundo, el mismo jueves, en el Foro Económico de Astaná. Allí, la Unión Económica Euroasiática, integrado por Armenia, Bielorrusia, Kazajistán, Kirguistán y Rusia, firmó dos importantes acuerdos. Uno con Irán sobre la creación de una zona de libre comercio, y el otro fue con China, sobre cooperación económica y comercial.