"No se optó por la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas, basada en una convención universal, como criterio para elegir a los países contra los cuales se impondrían tales sanciones, sino por la iniciativa de París, que no tiene nada que ver ni con la ONU ni con la convención", dijo Lavrov.
"Todo esto está fuera del derecho internacional; el derecho internacional está enmarcado en la convención sobre la prohibición de armas químicas", agregó el ministro.
Lavrov explicó que "la UE tiene la tentación de ir más allá de las estructuras donde hay que lograr un pacto con todo el mundo, no hay paciencia".
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El Consejo de la Unión Europea impuso en enero de 2019 las primeras sanciones por el uso de armas químicas contra nueve individuos —cuatro rusos y cinco sirios— y una entidad siria en el marco del nuevo régimen de medidas restrictivas contra el uso y la proliferación de armas químicas aprobado el 15 de octubre de 2018.
A los rusos, entre ellos dos funcionarios del GRU (Dirección General del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Rusia), les acusan de ser responsables de la posesión, el transporte y el uso de un agente neuroparalizante en la ciudad británica de Salisbury (Reino Unido) en marzo de 2018.
A los sancionados se les congelan activos, así como se les prohíbe viajar a la UE.
Serguéi Skripal, exoficial de la inteligencia militar rusa reclutado en los años 90 por el servicio secreto británico MI6 y naturalizado en el Reino Unido, y su hija Yulia, fueron hallados inconscientes el 4 de marzo pasado cerca de un centro comercial en Salisbury, como resultado de lo que Londres llegó a calificar como intento de envenenamiento con una sustancia neuroparalizante.
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Nada más abierta la investigación, Londres responsabilizó a Moscú de estar detrás del envenenamiento y afirmó que la sustancia neuroparalizante en cuestión fue supuestamente desarrollada por químicos rusos.
Moscú rechaza de plano las acusaciones de Londres, que considera infundadas, y envió decenas de notas diplomáticas al Foreign Office reclamando acceso a las pruebas para poder colaborar con la investigación, así como a los Skripal que son ciudadanos de Rusia.
La primera ministra del Reino Unido, Theresa May, afirmó que los dos sospechosos eran oficiales del servicio de inteligencia militar ruso y que probablemente usaron identidades falsas.
El presidente ruso, Vladímir Putin, aseguró que ambos son civiles, y el 20 de diciembre pasado, en su rueda de prensa anual, advirtió que Skripal está vivo, lo que, sin embargo, no le impidió a Occidente seguir ampliando las sanciones.