En particular, el director del Instituto Internacional de Estados Modernos, Alexéi Martínov, afirmó que los acontecimientos en Venezuela representan "solo una solicitud para un golpe de Estado".
"Creo que el poder legítimo podrá resistir esta vez; pero no sé si los estadounidenses opten por una intervención militar directa", dijo.
Por su parte, el primer vicepresidente de la Comisión de la Duma rusa para la Construcción Pública y la Legislación, coordinador del grupo de diputados para los lazos con el Parlamento de Venezuela, Mijaíl Emeliánov, comentó que una intervención militar es imposible por varias razones.
A su vez, el experto del Instituto ruso de Estudios Estratégicos, Ígor Psheníchnikov, no descartó una intervención directa por parte de EEUU en la situación en Venezuela.
"Es evidente que ahora los estadounidenses están realizando su plan en la etapa que puede llamarse "una protesta callejera" contando con el hecho de que si Maduro se va por sí mismo, será el escenario más beneficioso para EEUU", dijo.
Añadió que "si se mantiene el statu quo durante dos o tres días y el presidente permanece en su lugar, mientras que el nuevo permanece en la calle junto con los manifestantes", entonces EEUU podría contribuir a que estas manifestaciones lleven a una guerra civil.
El jefe del Estado venezolano, Nicolás Maduro, quien asumió el segundo mandato el 10 de enero, calificó la declaración de Guaidó como un intento de golpe de Estado y responsabilizó a EEUU de haberlo orquestado.
En el continente americano, hasta el momento EEUU, Ecuador y 11 países del Grupo de Lima —Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Honduras, Panamá, Paraguay y Perú- reconocieron a Guaidó como presidente interino.
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Tres naciones del Grupo de Lima —México, Guyana y Santa Lucía— no se sumaron a esta decisión.
A nivel internacional, Rusia, China, Irán y Turquía entre otros manifestaron su apoyo al Gobierno venezolano.
La Unión Europea llamó a iniciar un proceso político con elecciones libres.
Del 21 al 23 de enero, las protestas a favor y en contra del actual gobierno se saldaron con 26 víctimas mortales y 364 detenidos, según diversas ONG venezolanas.