"Este flagelo no solo se combate mejorando el acceso a los servicios de salud, también requiere consenso de políticas que trascienden el terreno sanitario (…) la enfermedad en sí es asunto de los médicos, pero la salud es asunto de toda la sociedad", dijo el presidente en una de sus intervenciones en la Conferencia Mundial de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre Enfermedades No Transmisibles que se celebra el 18 y el 19 de octubre en Montevideo.
Vázquez indicó que en América Latina se destinan unos 70.000 millones de dólares anuales para tratar la diabetes y el cáncer, mientras que el costo directo del tabaquismo sobre los sistemas de salud en la región alcanza a 33.000 millones, lo cual equivale al 0,5% del Producto Interno Bruto regional.
"Si no propiciamos un auténtico cambio civilizatorio no cambiaremos nada", observó el presidente.
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Vázquez, responsable de una robusta política antitabaco y de un sonado caso judicial ganado a la corporación Philip Morris, destacó la necesidad de luchar contra el tabaquismo, uno de los principales factores de riesgo de las enfermedades no transmisibles.
"Podremos emprender las más ambiciosas investigaciones (…) pero si no ponemos en marcha una política contra el tabaco, estaremos construyendo una casa sin cimientos", señaló en la conferencia.
Vázquez se mostró optimista en cuanto a abatir la incidencia y la mortalidad de las dolencias crónicas y aseguró "todos juntos lograremos terminar con ese problema".
Tres de cada cuatro muertes en el mundo son causadas por enfermedades no transmisibles, lo que equivale a 40 millones de fallecimientos por año, de los cuales 15 millones son prematuros.
Más de 70% de estos casos se registran en el mundo en desarrollo.
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Se espera que en la conferencia en Montevideo se adopte una hoja de ruta para combatir las enfermedades y sus factores de riesgo, que el año próximo será presentada en una sesión de alto nivel de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en Nueva York.
En particular, la meta 3.4 de los ODS plantea: "Para 2030, reducir en un tercio la mortalidad prematura por enfermedades no transmisibles mediante la prevención y el tratamiento y promover la salud mental y el bienestar".
Mientras, la meta 3.5 establece: "Fortalecer la prevención y el tratamiento del abuso de sustancias adictivas, incluido el uso indebido de estupefacientes y el consumo nocivo de alcohol".
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En la reunión de la ONU de 2018, los países deberán exhibir sus avances en la reducción de las muertes prematuras por enfermedades crónicas y presentar sus políticas con miras a llegar a la meta fijada para 2030.