El estado federado alemán de Turingia, hasta la fecha no conocido por su aporte tecnológico en la economía global, puede convertirse en un "importantísimo centro europeo de desarrollo y fabricación de baterías para el transporte eléctrico", según el ministro de Economía, Wolfgang Tiefensee.
Según informa el medio estatal Deutsche Welle (DW), la empresa china de alta tecnología CATL firmó con Turingia un acuerdo sobre la construcción de una planta de baterías.
"Es la inversión más importante de la década que lanzará a Turingia a la primera liga en el mercado [de baterías]", valoró el ministro.
Esto no le agrada mucho a Bruselas, que lanzó una iniciativa para financiar la creación de plantas de este tipo en Europa.
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No obstante, no todos en el país saludan el contrato. Un analista del mercado de vehículos eléctricos consultado por DW sugirió que a largo plazo la dependencia europea de las baterías asiáticas —chinas, en este caso— puede llevar a un conflicto de intereses.
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Y si las baterías vienen de China, no se puede garantizar que el proveedor decida a favor del comprador europeo. Así que la necesidad estratégica para un fabricante de baterías propio se mantiene, concluye la nota.
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