"Se trata de garantizar la seguridad de la misión de la OSCE allí donde ellos trabajan, y no se habla de emplazar una misión pacificadora en la frontera, hecho que está inscrito con claridad en los acuerdos de Minsk", indicó.
Según Peskov, "lo opuesto iría contra los acuerdos de Minsk".
"Y lo principal es que en cualquier caso, cualquier modalidad de trabajo de cualquier misión debe ser debatida entre las partes del conflicto, concretamente entre Kiev y las repúblicas no reconocidas de Donbás", añadió.
Anteriormente la portavoz del Ministerio de Exteriores de Rusia, María Zajárova, declaró que Moscú está lista para debatir propuestas alternativas respecto a los pacificadores en Donbás.
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El Gobierno ucraniano lleva a cabo desde abril de 2014 una operación militar en Donbás que hasta la fecha ha dejado más de 10.200 muertos, según estimaciones de la ONU.
El Ejército gubernamental combate a las milicias en el este del país donde se proclamaron las repúblicas populares de Donetsk y Lugansk en respuesta al violento cambio de Gobierno ocurrido en Kiev en febrero de 2014.
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El pasado 23 de abril un observador de la OSCE murió y otros dos resultaron heridos al estallar un explosivo al paso de sus vehículos en Lugansk.
Las autoridades gubernamentales se apresuraron a atribuir la explosión a las milicias.
Las propias milicias revelaron que habían interceptado mensajes SMS que apuntaban a la implicación del Gobierno de Kiev en el ataque a la OSCE.