"Considero que esta operación fue una respuesta (…) ahora debe continuar a nivel internacional en el marco de la ONU si es posible para que podamos llevar a cabo las sanciones contra (el presidente sirio) Bashar Asad e impedir que pueda usar de nuevo las armas químicas y destruir a su propio pueblo", dijo.
La Casa Blanca considera que desde esta instalación se lanzó el martes el supuesto ataque químico a la ciudad de Jan Sheijun en la provincia de Idlib que se saldó con 80 muertos y 545 heridos, según la Organización Mundial de la Salud.
De acuerdo con el gobernador de Homs, el ataque de EEUU causó siete muertos, incluidos dos civiles.
Rusia condenó el bombardeo de EEUU como acto de agresión y anunció que suspende el memorando firmado con Washington para prevenir incidentes aéreos en el país árabe.
El Gobierno de Siria sostiene que no empleó sustancias tóxicas contra nadie —ni en Jan Sheijun ni en cualquier otra parte— y responsabilizó de los hechos a los terroristas.
El Ministerio de Defensa de Rusia, por su parte, informó que la aviación siria atacó cerca de Jan Sheijun depósitos de terroristas que contenían armas químicas que iban a ser enviadas a yihadistas de Irak.
Su renuncia a las armas químicas bajo control de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) fue resultado de un acuerdo entre Moscú y Washington y permitió evitar la intervención militar de EEUU en Siria en 2013.
Las armas químicas fueron retiradas del territorio sirio y la OPAQ anunció su total destrucción en enero de 2016.
No obstante, el Departamento de Estado de EEUU publicó en junio de 2016 un informe que acusaba a Siria de seguir empleando armas químicas contra la población.
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Por su parte, el entonces Alto Representante Interino de la ONU para Asuntos de Desarme, Kim Won-soo, declaró que los expertos de Naciones Unidas siguen sin poder confirmar la total destrucción en territorio de Siria de las instalaciones para la producción de armas químicas.