"El Estado de Catar estuvo involucrado en la preparación del ataque a los yacimientos y puertos petroleros", dijeron los diputados, citados por la agencia.
Un grupo armado al mando de Ibrahim Jadran, líder de la llamada Guardia de las Instalaciones Petroleras (GIP), que controlaba los puertos petroleros antes de la llegada del Ejército Nacional Libio, volvió a apoderarse a mediados de junio de las terminales de Ras Lanuf y Sidra, que suspendieron su funcionamiento y evacuaron el personal.
A finales de junio se supo que el Ejército Nacional Libio traspasó el control de los yacimientos petrolíferos y los puertos al Gobierno provisional del este y a una empresa paralela a la Compañía Nacional de Petróleo (NOC, por sus siglas en inglés) que se estableció en la ciudad oriental de Bengasi y asumió el mismo nombre que la NOC oficial, controlada por el Gobierno de Unidad Nacional, con sede en Trípoli.
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Según el portavoz del Ejército, Ahmed al Mismari, ningún barco entrará en los puertos petroleros sin la autorización de la NOC de Bengasi.
Actualmente en Trípoli funciona el Gobierno de Unidad Nacional, reconocido como legítimo por el Consejo de Seguridad de la ONU y presidido por Fayez Al Sarraj.
Sin embargo, este Gobierno, en funciones desde el 31 de marzo de 2016, no ha sido reconocido hasta la fecha por la Cámara de Representantes en Tobruk, que proclamó su propio Gobierno, apoyado por el jefe del Ejército Nacional, Jalifa Haftar.
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