"Es un juego peligroso que se debe detener y tenemos que dejar de lado todos los dobles raseros, los segundos pensamientos y las intenciones ocultas para una lucha intransigente contra el terrorismo", dijo el titular ruso de Exteriores, Serguéi Lavrov, en una rueda de prensa tras la reunión con su par etíope, Workneh Gebeyehu.
El 24 de junio las fuerzas israelíes atacaron a los soldados sirios que combatían a los terroristas después de que unos proyectiles impactaran sin causar víctimas en los Altos del Golán, una zona ocupada por los militares hebreos.
Desde el mando sirio denunciaron que Israel siguió atacando el 25 de junio sus posiciones "en un intento desesperado de apoyar a las organizaciones terroristas y subirle la baja moral".
La apuesta por Astaná
Lavrov destacó también el proceso de paz de Astaná, cuyo quinto ciclo está programado para el 4 y 5 de julio.
"Espero que los resultados de la nueva ronda de Astaná (…) ayuden a las negociaciones que se realizarán después en Ginebra, donde está previsto llevar a cabo un nuevo encuentro bajo el auspicio de la ONU en la primera quincena de julio", apuntó.
El Ministerio kazajo de Exteriores, a su vez, confirmó la participación de los países garantes (Rusia, Turquía e Irán), de una delegación de Jordania y del enviado de la ONU, Staffan de Mistura.
Desde la oficina de De Mistura corroboraron la asistencia del diplomático ítalo-sueco.
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El proceso de Astaná busca poner fin a los choques armados entre las fuerzas gubernamentales y las de la oposición, afianzar el armisticio vigente desde el 30 de diciembre y separar a los rebeldes de los grupos terroristas Daesh y Frente al Nusra.
Alto el fuego
Por su parte, en un boletín emitido el 26 de junio, los observadores rusos informaron sobre ocho violaciones de la tregua en el país árabe.
"En las últimas 24 horas se detectaron ocho tiroteos en las provincias de Alepo (uno), Latakia (seis), Hama (uno)", reza el documento.
Siria vive desde marzo de 2011 un conflicto armado en el que las tropas gubernamentales se enfrentan a grupos armados de la oposición y a organizaciones terroristas.
Según datos de altos cargos de la ONU, entre 300.000 y 400.000 personas perdieron la vida en el conflicto.