"Estamos muy lejos de una solución política, que requiere que Catar cambie su curso y a la luz de ello nada cambiará; tenemos que encontrar otro formato de relaciones", tuiteó.
Al boicot diplomático de Catar se sumaron posteriormente Libia, Yemen, Maldivas, Mauritania y Comoras, mientras que algunas otras naciones rebajaron el rango de relaciones diplomáticas con Catar o llamaron a consultas a sus embajadores en Doha.
Para normalizar las relaciones, los promotores del boicot presentaron a Catar una serie de condiciones, entre ellas, el cierre de la cadena de televisión Al Jazeera, la ruptura de los vínculos con Irán y con el movimiento de los Hermanos Musulmanes, así como el desmantelamiento de una base militar turca, pero Doha rechazó sus exigencias.
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El Gobierno de Catar calificó de injustificado el bloqueo diplomático y de inviables las condiciones para levantarlo.