A pesar de no militar en el PRI, cambios recientes en los estatutos de ese instituto político le han permitido a José Antonio Meade, Licenciado en Derecho por la Universidad Nacional Autónoma de México, convertirse desde el pasado 27 de noviembre en la propuesta externa del partido tricolor para la que va a trascender, y es un hecho, no solo como la contienda electoral más costosa de la historia de México, sino también, y es una conjetura, como la más encarnizada.
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Al más rancio estilo del PRI —'destape' presidencial incluido—, José Antonio Meade recibió el apoyo inmediato de organizaciones tributarias del partido actualmente en el poder. Los dirigentes de la Confederación de Trabajadores de México (CTM), de la Confederación Nacional Campesina (CNC), de la Confederación Nacional de Organizaciones Populares (CNOP), entre otras, manifestaron su respaldo a quien declaró en su discurso de postulante ser "simpatizante del PRI", formación política a la que definió como "la mejor alternativa" para "hacer de México una gran potencia".
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En un escenario de partidos internamente fragmentados como Acción Nacional (PAN) y el de la Revolución Democrática (PRD), que buscan una alianza imposible y disfuncional a través de esa entelequia llamada Frente Ciudadano por México; ante la presencia de partidos menores y de suspirantes independientes a la presidencia de la República que atomizarán votos que no les alcanzarán para sus aspiraciones señoriales, José Antonio Meade Kuribreña y Andrés Manuel López Obrador han devenido en los únicos contendientes con posibilidades reales para suceder al presidente Enrique Peña Nieto en la 'Silla del Águila'. El primero, por lo que significa de continuidad —Tratado de Libre Comercio, reformas estructurales, estrategia frente al crimen organizado, etc.—, tiene base electoral segura en la clase empresarial mexicana, lo que puede hacerle ganar adeptos del PAN; el segundo, por lo que significa de cambio —Tratado de Libre Comercio, reformas estructurales, estrategia frente al crimen organizado etc.—, levanta partidarios entre la clase pobre del país, lo que puede hacerle ganar adeptos del PRD. Los votos que logren pellizcar de una clase media atomizada e indecisa —entre los hastiados del PRI o entre los que consideran al líder de MORENA "un peligro para México"— definirán al ganador de las elecciones por la Presidencia de México en el 2018.LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE SPUTNIK
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE SPUTNIK
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