El 16 de septiembre la policía del condado de Wiltshire informó de un "incidente médico" ocurrido con un hombre y una mujer en el restaurante en el centro de Salisbury, muy cerca de donde a principios de marzo Serguéi Skripal, exoficial de la inteligencia militar rusa y su hija Yulia se desmayaron por el efecto de una sustancia de acción neuroparalizante.
La policía descartó antes que se tratase de un nuevo caso de envenenamiento con un agente neuroparalizante.
Según los medios, uno de los afectados por el incidente era ruso.
A principios de marzo, Serguéi Skripal, exoficial de la inteligencia militar rusa, reclutado en los años 90 por el servicio secreto británico MI6 y naturalizado en el Reino Unido, y su hija Yulia de 33 años, fueron encontrados inconscientes en la ciudad de Salisbury, al salir del restaurante Zizzi, supuestamente envenenados con una sustancia neuroparalizante.
Tema relacionado: "Las teorías conspirativas sobre el caso Skripal ya han alcanzado un punto crítico"
El pasado 5 de septiembre, la fiscalía británica imputó a nacionales rusos Alexandr Petrov y Ruslán Boshírov por el incidente de Salisbury.
La primera ministra del Reino Unido, Theresa May, afirmó que los dos sospechosos eran oficiales del servicio de inteligencia militar ruso y que probablemente usaron identidades falsas.
El 13 de septiembre, en una entrevista a RT y a Sputnik, Petrov y Boshírov dijeron que habían realizado un viaje turístico a Salisbury, que no sabían nada sobre los Skripal y que, al parecer, todo fue una "fatal" coincidencia.