¿Prostitución, trabajo sexual, trata o explotación sexual?

Las palabras y conceptos que utilizamos para referirnos a las cosas evidencian cómo vemos el mundo. En el Día Internacional de las Trabajadoras Sexuales, aprende las diferencias entre trabajo sexual, prostitución y trata con fines de explotación sexual, para luchar contra la estigmatización y discriminación a la que estas mujeres están expuestas.

El lenguaje tiene el poder de dar valor o estigmatizar aquello de lo que se habla. Por ello es necesario puntualizar de qué hablamos exactamente cuando decimos trabajo sexual y prostitución. ¿Es lo mismo que la trata con fines de explotación sexual?

¿Qué es el trabajo sexual?

Aunque el Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (ONUSIDA) aclara que ningún término "abarca adecuadamente la variedad de transacciones" que pueden darse en el trabajo sexual, definen a las profesionales del sexo como mujeres "que reciben dinero o bienes a cambio de sus servicios sexuales, ya sea de forma regular u ocasional, y que pueden definir o no conscientemente estas actividades como generadoras de ingresos".

No olvidemos que quienes lo ejercen lo hacen para ganarse la vida, y que colectivos y organismos internacionales señalan que la gran mayoría eligen el trabajo sexual porque es la mejor opción que tienen.

"Muchos trabajadores del sexo luchan contra la pobreza y la indigencia y tienen pocas otras opciones de trabajo. Otros descubren que el trabajo sexual ofrece una mejor remuneración y unas condiciones laborales más flexibles que otros empleos. Y algunos se dedican al trabajo sexual para explorar y expresar su sexualidad", se explica en un artículo sobre el tema de la fundación Open Society.

¿Por qué decir "trabajadora sexual" en lugar de "prostituta"?

ONUSIDA aclara que se prefiere el término trabajadora sexual antes que prostituta, porque las personas implicadas consideran que es menos estigmatizante y creen que la referencia al trabajo describe mejor su actividad.

Además, según la definición propuesta por Open Society, el término trabajadora del sexo reconoce que el trabajo sexual es un trabajo. La prostitución, en cambio, tiene connotaciones de "criminalidad e inmoralidad", y contribuye a la exclusión de las mujeres de los servicios sanitarios, legales y sociales, que se ven obligadas a trabajar en la clandestinidad.

¿Qué es la trata y en qué se diferencia del trabajo sexual?

En el 2000 Naciones Unidas propuso el Protocolo de las Naciones Unidas para Prevenir, Reprimir y Sancionar la Trata de Personas, Especialmente Mujeres y Niños, que define la trata de personas y que hasta la fecha había sido ratificado por casi 180 países.

Según el texto del Protocolo, existe trata de personas cuando hay captación, transporte, traslado, acogida o recepción de personas, "recurriendo a la amenaza o al uso de la fuerza u otras formas de coacción, al rapto, al fraude, al engaño, al abuso de poder o de una situación de vulnerabilidad o a la concesión o recepción de pagos o beneficios para conseguir que una persona tenga bajo su control a otra persona, para el propósito de explotación".

Esa explotación puede incluir la explotación sexual, trabajo forzado o servicios, esclavitud, o prácticas similares a la esclavitud, servidumbre, o remoción de órganos. Y en ninguno de los casos el consentimiento de la persona víctima de trata será válido para desestimar la grave violación a los derechos humanos.

El trabajo sexual, en cambio, es una transacción consentida entre adultos, en la que el acto de vender o comprar servicios sexuales no constituye una violación de los derechos humanos.

Las organizaciones de trabajadoras del sexo, como RedTraSex —una red de organizaciones y trabajadoras de Latinoamérica y el Caribe que aboga por una ley que reconozca el trabajo sexual autónomo—, se oponen a la explotación y hacen hincapié en diferenciarlo del trabajo sexual.

Muchas sostienen que la forma más eficaz de abordar la explotación sexual, incluida la trata de personas con esos fines, es reforzar los derechos de las trabajadoras y abordar las injusticias económicas y discriminación que hacen que su trabajo esté precarizado.

La situación de las trabajadoras sexuales en pandemia

La pandemia ha afectado particularmente a las mujeres que ejercen el trabajo sexual. Según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), ellas han sufrido "impactos diferenciados" en el ejercicio de sus derechos humanos. En específico, la crisis sanitaria ha agudizado las situaciones de violencia, discriminación, pobreza, falta de vivienda y acceso a programas de salud y asistencia social.

"Lo anterior resulta en un incremento en la situación de exclusión social que les aquejaba, incluso desde antes de la pandemia de la COVID-19", subraya.

Ante la situación, ya en abril de 2020 ONUSIDA manifestó su preocupación y solicitó a los Estados que las trabajadoras sexuales fueran tomadas especialmente en cuenta en la planificación y puesta en marcha de las medidas de contención y mitigación del COVID-19.

Además, les pidió que fortalezcan las respuestas de protección sanitaria y social dirigidas a las personas más vulnerables al VIH, entre ellas las trabajadoras sexuales. Siete meses más tarde, en noviembre de 2020, la CIDH pidió a los Estados americanos que también abogaran por erradicar la estigmatización y discriminación a la que están expuestas.

Pero según colectivos de mujeres como Redtrasex, los Gobiernos podrían hacer más para apoyar a las trabajadoras sexuales en pandemia y que no estén en la precariedad.

Día Internacional de las Trabajadoras Sexuales

Desde 1976, cada 2 de junio cientos de miles de prostitutas alrededor del mundo celebran el Día Internacional de las Trabajadoras Sexuales.

On #InternationalWhoresDay we pay tribute to the women of the 1975 St. Nizier Church occupation in Lyon, France who protested serial murders and police & government abuse of sex workers. These injustices -- and our struggle against them – continue #InternationalSexWorkersDay pic.twitter.com/B3Ezix1gPo

— English Collective of Prostitutes ♀️ 🏳️‍⚧️ (@ProstitutesColl) June 2, 2021

Conmemoran esa fecha de 1975, el día en que más de 100 prostitutas ocuparon la Iglesia de Saint-Nizier de Lyon, Francia para visibilizar su situación, en reclamo de sus derechos y contra el incesante acoso policial al que eran sometidas.

Este 2021, los colectivos de mujeres continúan denunciando violencia policial, vulneración de sus derechos humanos y discriminación, que se vieron agravados durante la pandemia. También reclaman que el trabajo sexual sea reconocido legalmente, para que puedan gozar de los mismos derechos que cualquier otro trabajador.