"Bielorrusia está preparando medidas en respuesta a la posible extensión de las sanciones de la UE. (...) La reacción será efectivamente apropiada y muy sensible para nuestros socios europeos", advirtió Makéi.
El canciller reiteró que no fue Bielorrusia la que inició todo y agregó que el país "solamente intentó reaccionar debidamente a los desafíos que enfrentó y sigue enfrentando".
Vladímir Makéi también afirmó que Bielorrusia no le ve sentido a seguir sosteniendo con la Unión Europea un diálogo sobre derechos humanos y lo suspende.
"Nunca hemos evitado debatir las cuestiones sensibles. Pero hoy vemos que son asuntos politizados al extremo, por lo cual no vemos sentido en proseguir el diálogo con la UE sobre los derechos humanos y lo suspendemos", dijo al cierre de una reunión convocada por el presidente de Bielorrusia, Alexandr Lukashenko.
El 6 de noviembre la UE lanzó la segunda tanda de sanciones individuales en relación con Bielorrusia, que afectan al presidente Alexandr Lukashenko, su hijo Víctor y otras 13 personas. Las sanciones incluyen la prohibición de entrada y la congelación de activos en la UE.
Tras el fallecimiento de un manifestante ocurrido la semana pasada, el comunitario advirtió que podría imponer sanciones adicionales contra Minsk.
Participación en la Asociación Oriental
Además, Vladímir Makéi anunció que Minsk reduce su participación en la iniciativa europea Asociación Oriental al nivel de expertos debido a la actitud politizada de algunos socios.
"En la reunión [con el presidente bielorruso celebrada el martes] los participantes propusieron y apoyaron la idea de reducir el nivel de nuestra representación en la Asociación Oriental", dijo Makéi citado por la agencia Belta.
El canciller precisó que se decidió "reducir el nivel de participación de Bielorrusia en la iniciativa a nivel de expertos".
El jefe de la diplomacia bielorrusa denunció los "intentos de politizar una serie de proyectos regionales y de infraestructura realizados en el marco de la iniciativa".
En Bielorrusia continúan las protestas desde las elecciones presidenciales del pasado 9 de agosto, que otorgaron el sexto mandato a Lukashenko, en el poder desde 1994.
Según el recuento oficial, Lukashenko obtuvo el 80,1% de los votos, seguido de la opositora Svetlana Tijanóvskaya, con el 10,12%.
La oposición bielorrusa denunció numerosas irregularidades electorales y exige una repetición de los comicios, opción que Lukashenko descartó.