"Estamos profundamente preocupados por los hechos que tuvieron lugar después de las elecciones legislativas del 4 de octubre en Kirguistán", dijo el Ministerio, agregando que "es nuestro mayor deseo que se logren la prevención de la escalada de estos acontecimientos y la reconciliación pública, a pesar de las diferencias en las opiniones y actitudes sobre las elecciones, basadas en el sentido común y el orden constitucional".
Turquía aseguró que Kirguistán es un país bastante maduro políticamente para resolver la crisis actual de manera pacífica, con la solidaridad de su pueblo.
El 4 de octubre, Kirguistán celebró elecciones legislativas, al término de las cuales, de acuerdo con los resultados preliminares, los partidos progubernamentales Birimdik y Mekenim Kirguistán obtuvieron la mayoría de los escaños en el Parlamento con el 24,52 y el 23,89% de los votos, respectivamente.
El 5 de octubre, miles de seguidores de los partidos opositores que no superaron el umbral electoral del 7% se echaron a la calle en Biskek para denunciar numerosas irregularidades en la votación y exigir la repetición de los comicios.
Las protestas derivaron en enfrentamientos con las fuerzas de seguridad. Según el Ministerio de Salud kirguís, al menos una persona murió y casi 700 sufrieron lesiones durante los disturbios.
El presidente de Kirguistán, Sooronbái Zheenbékov, denunció este 6 de octubre un intento de toma violenta del poder e instó a poner fin a los disturbios, dejando claro al mismo tiempo que había dado la orden de no disparar contra los manifestantes para evitar un derramamiento de sangre.
Por su parte, la propia Comisión Electoral Central anunció que califica como no válidos los resultados de los recientes comicios y se comprometió a convocar unos nuevos comicios parlamentarios en dos semanas.