"Estamos averiguando el paradero del fotoperiodista Iliá Pitalev. También estamos aclarando los datos sobre otras posibles detenciones", dijo a Sputnik un representante de la embajada.
También recordó que realizar periodismo en Bielorrusia sin acreditación es una violación de la legislación bielorrusa.
No se logran poner en contacto con el reportero desde las 18:00 horas del 10 de agosto. Aquel entonces se encontraba con colegas cerca del hotel Belarus.
Tampoco hay constancia de Pitalev en las Emergencias, donde ingresan los heridos en las protestas.
Desde el 9 de agosto, día de la votación en las elecciones presidenciales en Bielorrusia, varios medios rusos, como Sputnik, Ruptly, Daily Storm y Dozhd (TV Rain), informaron de la detención de sus periodistas que cubrían los comicios.
Las autoridades rusas lamentaron las detenciones de los periodistas rusos.
Al menos cuatro periodistas rusos siguen desaparecidos desde que fueran detenidos en Minsk mientras cubrían las elecciones presidenciales.
A los periodistas de la cadena Dozhd (TV Rain) Vladímir Romenski, Vasili Polonski y el camarógrafo Nikolái Antípov, liberados tras una detención, se les prohibió el ingreso al territorio bielorruso por cinco años.
La Oficina de Instituciones Democráticas y Derechos Humanos de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) llamó a realizar "una investigación inmediata y eficaz de todos los casos de la brutalidad policial, así como a liberar a todos los detenidos por su participación en las protestas".
La oficina de la OSCE subrayó que cuenta con "unos testimonios de un uso excesivo de la fuerza por parte de la policía en toda la Bielorrusia ante unas manifestaciones mayoritariamente pacíficas, lo que provocó numerosos heridos y arrestos, incluido entre observadores electorales independientes y periodistas".
La ONG Comité para la Protección de los Periodistas, con sede en Nueva York, llamó a las autoridades bielorrusas a no impedir la labor de los reporteros e investigar los casos de ataque contra ellos.
Las protestas continuaron el 10 de agosto.
Al menos un manifestante murió durante los disturbios y un centenar sufrieron heridas, según el Ministerio del Interior del Bielorrusia. También hay decenas de heridos entre los agentes del orden. Fueron detenidas al menos 3.000 personas.