A principios de agosto, el secretario de Defensa de EEUU, Mark Esper, abogó por desplegar los misiles estadounidenses en Asia, aunque sin mencionar fechas, lugares, ni tipos de armas, a lo cual respondió este 23 de agosto Sherin, quien ve en Venezuela un lugar ideal para emplazar armamento de su país.
Según Sherin, vicepresidente del Comité de Defensa de la Duma de Estado (Cámara Baja) de Rusia, Caracas apoyaría una petición de Moscú de instalar cohetes en Venezuela, una opción que consideró "muy dura pero eficaz"
"A lo largo de toda su historia, Estados Unidos y sus líderes han mostrado que con ellos es imposible hablar en el idioma de la razón y del compromiso. Lamentablemente, Estados Unidos solo entiende el lenguaje de la fuerza, la fuerza bruta, el lenguaje que ellos mismos suelen emplear", explicó.
El diputado ruso dijo estar "convencido al 100% de que los dirigentes de Venezuela se solidarizan al 1.000% con las acciones de la Federación de Rusia", y aseguró que si Moscú propusiese a Caracas el despliegue de sus misiles en Venezuela "lo aceptarían con satisfacción".
La presencia de los misiles rusos en Venezuela le daría un espaldarazo importante al Gobierno de Caracas, luego de varios meses de incertidumbre por el apoyo abierto de Washington al autoproclamado presidente Juan Guaidó, reconocido por varios países de la región, sobre todo por aquellos más cercanos a Estados Unidos.
Podría tratarse, dijo Sherin, del "despliegue de los sistemas S-400, o, por ejemplo, de los Bastion e Iskander en Venezuela, multiplicaría por cero decenios de esfuerzos y miles de millones de dólares invertidos en el sistema de defensa antimisil".
El S-400, o SA-21, Growler según la clasificación de la OTAN, es un sistema antiaéreo y antimisil de medio y largo alcance capaz de abatir blancos a una distancia de 400 kilómetros y a una velocidad de 4,8 kilómetros por segundo.
Para el vicepresidente del Comité de Defensa de la Duma de Estado "el tiempo de vuelo y otros aspectos serían incomparables. Las capacidades de la Federación de Rusia serían diez veces mayores que la de todo el bloque de la OTAN junto", aseguró el legislador ruso.
Sin embargo, las palabras de Sherin traen a la memoria los sucesos de octubre de 1962, cuando misiles de la extinta Unión Soviética emplazados en Cuba pusieron al mundo al borde de un conflicto nuclear.
Desde el descubrimiento por Washington de los R-12 y R-14 , alrededor del 15 de octubre de 1962, hasta el anunció de su desmantelamiento el 28 del mismo mes, el mundo vivió momentos convulsos con la incertidumbre de una conflagración nuclear colgando sobre sus cabezas, cual espada de Damocles.
Esta vez, la hipotética ubicación de misiles rusos en suelo venezolano "le quitaría [a Washington] las ganas de cualquier injerencia en la política interior de Venezuela, de intentar cambiar desde Washington a los dirigentes de Venezuela", advirtió Sherin.
"No lo quiera Dios, pero si semejante opción tuviese que ser examinada y plasmada en la práctica, sería una opción muy dura, pero muy eficaz", aseguró.
Estados Unidos, según recordó a principios de junio el otrora Secretario de Defensa Patrick Shanahan, mantiene en el Indo-Pacífico unos 370.000 efectivos, más de 2.000 aviones y más de 200 naves de superficie y submarinos.
El 18 de agosto, EEUU ensayó un misil de crucero de emplazamiento terrestre, dotado de una ojiva convencional, que dio en el objetivo tras volar más de 500 kilómetros.
Este tipo de arma estuvo sujeta hasta hace poco sujeto a las restricciones del Tratado INF, suspendido recientemente luego de que Moscú y Washington no lograran un acuerdo para renovarlo.
Con posterioridad al lanzamiento del misil estadounidense, el presidente ruso, Vladímir Putin, ordenó a los ministerios de Defensa y Exteriores dar una respuesta simétrica a las acciones de Estados Unidos, y la posibilidad de emplazar misiles en Venezuela podría estar en ese camino.