"Condenamos enérgicamente el nuevo crimen de las tropas de la OTAN en el territorio afgano, nos unimos al llamado de la misión de la ONU a realizar una investigación minuciosa y exigimos que los responsables se lleven ante la justicia", dijo el ente diplomático.
La Cancillería rusa criticó que ninguno de los ataques anteriores fuera investigado de la manera debida.
El ente destacó "el particular cinismo" de la acción que se cometió en un periodo de negociaciones entre EEUU y el movimiento radical Talibán sobre el cese de fuego.
Según el ministerio, esas acciones alejan el proceso de paz en Afganistán, radicalizan a la población y prolongan la guerra.
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El 25 de marzo la Misión de Asistencia de la ONU en Afganistán (UNAMA) comunicó que un bombardeo lanzado la noche del 22 de marzo por las fuerzas internacionales mató a 13 civiles, incluidos 10 menores.
Afganistán vive una situación de inestabilidad a raíz de los ataques que lanzan los talibanes y, desde 2015, el grupo terrorista ISIS (autodenominado Estado Islámico, prohibido en Rusia y otros países), pese a la fuerte presencia militar de EEUU y sus aliados.
La UNAMA contabilizó alrededor de 11.000 víctimas civiles —3.804 muertos y 7.189 heridos— como resultado de la violencia en el año 2018.