"A pesar de que no se cumplen, de todas formas son efectivos", dijo el diputado, agregando que los acuerdos de Minsk "al menos evitan una guerra de gran envergadura, ya que todo lo que está escrito en ellos contiene a los bandos de caer en ese tipo de guerra".
"Claro que no se están implementando como quisiéramos, y como quisieran Lugansk, Donetsk y Ucrania, pero, de todas formas, (…) aunque los ucranianos quisieran renunciar a los acuerdos de Minsk, como ya los firmaron, (…) en ese sentido tienen los manos hasta cierto punto atadas", señaló el político.
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Por su parte el vicepresidente de la Duma (Cámara baja del Parlamento ruso), Piotr Tolstói, advirtió que no existe ninguna alternativa a los tratados de Minsk, aunque hay que reconocer que, desgraciadamente, no se están cumpliendo.
"Los radicales y 'el partido de la guerra' cuentan en Kiev con un peso político suficiente para sabotear cualquier acuerdo", subrayó el parlamentario.
Según el parlamentario, la misión de la OSCE constantemente informa de la ausencia de armas pesadas de Ucrania en los lugares donde debe mantenerlos el Ejército de ese país, así como de la violación constante de los derechos de los habitantes en las zonas de Donbás que controla Kiev.
"En esas condiciones no influye en nada el lugar donde se encuentre la plataforma principal de debate de los acuerdos de Minsk, eso no es lo más importante, mientras Kiev no se siente a la mesa de negociaciones con los representantes de las repúblicas, mientras no comience un diálogo directo entre las partes del conflicto, nada se moverá del punto muerto y no podrán ayudar intermediarios de ningún tipo", considera el político
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El vicepresidente de la Duma resaltó que Rusia llama a la comunidad internacional, y ante todo a los países integrantes del formato de Normandía y a EEUU, a presionar a Ucrania y a obligarla a cumplir sus compromisos.
El Ejército lanzó la ofensiva después de que Donetsk y Lugansk se proclamaran repúblicas populares en respuesta al violento cambio de gobierno ocurrido en Kiev en febrero del mismo año.
Los Acuerdos de Minsk, suscritos en septiembre de 2014 y en febrero de 2015, sentaron las bases para una solución política del conflicto pero no han derivado hasta ahora en el cese de las hostilidades.