El autor del artículo de análisis, Amos Harel, pone de relieve que, de esta manera, Israel ha dejado claro a Rusia y a EEUU que está lista para acabar con la tregua en Siria en caso de que Moscú y Washington "sigan ignorando" sus intereses en Oriente Medio.
A finales de julio, el mandatario sirio consiguió una tregua con la facción opositora gracias al apoyo de Rusia, recuerda el columnista.
"El ataque atribuido a Israel, el primero después de que el cese al fuego entrara en vigor, puede ser interpretado como una señal que Tel Aviv manda a las potencias mundiales: 'Tengan en cuenta nuestros intereses de seguridad, somos capaces de acabar con el proceso de paz en Siria si siguen ignorándonos'", escribe Harel.
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Tel Aviv tendrá que esperar a la reacción de Moscú, Washington y Teherán a los últimos bombardeos, considera el columnista, puesto que es poco probable que estos ofrezcan una respuesta inmediata.
"Rusia no tiene una postura hostil hacia Israel. Sin embargo, Moscú se preocupa por encima de todo de sí misma y de Asad", advierte el periodista de Haaretz.