"De acuerdo con la información recibida de las Autoridades Portuarias el seguimiento de la huelga está en torno al 98,5% en el conjunto del sistema portuario", aseguró Fomento.
"En la Autoridad Portuaria de la Bahía de Algeciras se han producido 19 desvíos de buques", prosigue el comunicado.
Por su parte, Maersk-APMT, la mayor naviera del mundo, informó de la pérdida de 17.000 movimientos y 1.000 contenedores de importación que no pudieron ser descargados del buque previsto al inicio de la huelga y actualmente siguen su ruta hacia el norte de Europa.
Muchos clientes piden ya rutas alternativas para realizar sus descargas en Sines (Portugal), Fos (Francia) y Rotterdam (Países Bajos), desde donde organizarán transporte terrestre por su cuenta.
En Barcelona, por su parte, se reportó el desvío de otros 5 buques.
El ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, pidió este jueves a los sindicatos que "desconvoquen la huelga y con ello pongan fin a la sangría de desvíos definitivos de barcos que se está produciendo, evitando así un daño irreparable para la economía del país, el tejido productivo y para el mantenimiento de los puestos de trabajo".
"Las pérdidas de la huelga son responsabilidad del Gobierno y de la patronal", respondió Antolín Goya, portavoz de la Coordinadora Estatal de Trabajadores del Mar (CETM), en una entrevista concedida al diario El Mundo.
Además del paro de esta semana, los estibadores tienen convocadas en la actividad de los puertos españoles en horas impares los días 19, 21 y 23 de junio.
El conflicto entre estibadores y patronal portuaria se deriva del proceso de liberalización del sector emprendido por el Gobierno —y convalidado por el Congreso— en respuesta a una sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea, que en diciembre de 2014 se pronunció contra las sociedades de gestión de estibadores, encargadas de manejar la contratación en los puertos.
Los estibadores piden la subrogación de los más de 6.000 empleos del sector durante el proceso de liberalización, una exigencia que en principio la patronal se mostró dispuesta a aceptar.
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Sin embargo, el pasado 1 de junio se rompió la mesa de negociación entre ambas partes, por lo que los trabajadores decidieron dar ejecución a las jornadas de huelga que estaban en preaviso como medida de presión.
