"No podemos evitar preocuparnos por los intentos de una serie de instituciones de la UE de torpedear los proyectos energéticos en Europa con participación de Rusia, en primer lugar, se trata del proyecto Nord Stream 2", dijo Meshkov.
Meshkov aseveró que para no repetir "la triste experiencia del South Stream" Moscú espera de Bruselas garantías muy sólidas para poner en práctica el Turk Stream.
Rusia renunció en diciembre de 2014 al proyecto del gasoducto South Stream, que debía pasar por Bulgaria, Serbia y Hungría, por presiones de la Unión Europea, entre otros motivos.
El tramo submarino, de más de 900 km de largo, incluirá dos líneas paralelas, con una capacidad anual de 15.750 millones de metros cúbicos cada cual, que se tenderán de la costa rusa del mar Negro cerca de Anapa al poblado turco de Kiyikoy.
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Luego se construirá un tramo terrestre que conectará el gasoducto submarino con la red turca de distribución del gas cerca de Lüleburgaz y se extenderá a Ipsala, en la frontera con Grecia.
El proyecto Nord Stream 2 prevé la construcción de dos tuberías de gas con capacidad para 55.000 millones de metros cúbicos anuales, que se extenderían desde la costa rusa hasta Alemania por el fondo del mar Báltico.
Su trazado es casi paralelo al del primer gasoducto que se inauguró en 2011.
A este plan se opone enérgicamente Ucrania, empeñada en preservar su condición de principal transportista del gas ruso a Europa.