Con el documental 'Un nuevo Dreyfus, Jamal Zougam ¿chivo expiatorio del atentado de Madrid?', lanzado este mismo año, el director galo pretendía atraer la atención de la sociedad moderna sobre la hostilidad hacia la minoría musulmana, a la que se asocia con el terrorismo por motivos religiosos.
"La meta del documental es contradecir, o al menos matizar, este razonamiento, demostrando que en un caso importante, dado que el atentado de Madrid es el peor que ha sufrido Europa, un musulmán fue injustamente condenado y encarcelado, y que, a través de él, se acusa al islam falsamente", comentó Cyrille Martin a Sputnik.
La idea de hacer el documental nació de una preocupación de Martin: la de que, "en nuestra época de crisis económica, estemos volviendo a cometer los mismos errores que tuvieron consecuencias políticas dramáticas en el pasado".
"No es suficientemente conocido que durante los años 20 y 30 la extrema derecha europea recibiera el apoyo de la oligarquía económica en su ascenso al poder, aunque los historiadores lo hayan probado de forma irrefutable. A esa oligarquía le venía mejor que el enfado de la gente, afectada por la crisis económica, fuera canalizado hacia chivos expiatorios, los judíos por ejemplo, y no hacia los que controlaban la economía", recordó el director.
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El cineasta opinó que en el reciente ataque de Las Vegas, que no fue llevado a cabo por un musulmán, "quedó claro que la reivindicación, que se hizo en nombre de Daesh carecía de la más mínima credibilidad".
Cyrille Martin señaló también que hay poco cuestionamiento a nivel mediático sobre el papel que puede haber tenido el 'captagon', la droga de los soldados de Daesh, en los atentados de estos últimos años en París, Niza o Barcelona.
"Esta pregunta es de gran importancia, porque se trata de saber si su fanatismo se debe a un adoctrinamiento estrictamente religioso, o más bien a esta droga, que les hace perder el contacto con la realidad y los vuelve manipulables y sanguinarios, como lo sugieren los testigos de Bataclan —la sala de fiestas de París donde se produjo un tiroteo durante un concierto al que asistían 1.500 personas—".
Para Martin, lo más preocupante de la islamofobia es que pueda desencadenar consecuencias muy graves si se mezcla con otro fenómeno de origen completamente diferente: el rechazo que existe hacia la población de origen extranjera, causado, en particular, por la situación de desempleo y estancamiento en el mercado laboral, que hace percibir a los refugiados como competencia potencial.
"Para combatir la islamofobia, hay que mejorar la integración de la población de origen inmigrante", sugirió el cineasta.
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— Sputnik Mundo (@SputnikMundo) 5 июня 2017 г.
De acuerdo con el director de cine francés, "los sindicatos hacen declaraciones favorables a la inmigración porque tienen interés pecuniario en mantener una fuerte competencia en el mercado laboral" con el fin de evitar los aumentos salariales.
"La superación del paro masivo permitiría cumplir dos metas: una, mejorar las condiciones de vida de las clases populares en general y de los inmigrantes en particular; y, dos, mejorar su integración, reduciendo las tensiones", concluyó.