El Ministerio de Agricultura de Francia comunicó recientemente que el balance de producción de vino del 2017 con respecto al año anterior se calculaba en un 18% menos (37,2 millones de hectolitros de vino). Lo que a su vez es un 17% inferior al promedio de los últimos cinco años. La mala cosecha se asocia con las malas condiciones meteorológicas, y en particular, con las heladas que golpearon las vides esta primavera.
"El problema radica en las cuestiones de protección del clima y de la naturaleza, explotamos la naturaleza, la tendencia general es producir cada vez más cada año y creo que ahora hemos llegado al límite", dice el enólogo Christophe Durdilly. Según él, los enólogos deberían plantearse producir otra cosa.
"Aquellos que tienen reservas de vino no lo notarán mucho, pero los pequeños productores son más frágiles y se verán obligados a subir el precio, la cuestión es si esa subida encajará en el mercado de la oferta y la demanda", comentó Christophe a Sputnik.
Sin embargo, aunque la "cantidad de vides deje mucho que desear, algunas variedades muestran una muy buena calidad" comunicó un enólogo al corresponsal de Sputnik.
"Nunca antes había empezado tan pronto la recolección. En los últimos años, comenzamos a cosechar a finales de agosto", dice Alen Bachino, director del Consejo Interprofesional de vinos de la Provenza que explica que esto es debido al cambio climático progresivo y a las condiciones excepcionales de este año. Aun así, las primeras uvas recogidas están maduras y muestran una buena acidez.
Pero a pesar de la mala cosecha, no habrá fiesta sin vino. Así, Borgoña, una de las más famosas regiones vinícolas de Francia, se prepara para mostrar el resultado promedio del volumen de vino al año.
Lea más: Sube la producción de vinos en Rusia
Para aquellos que no están dispuestos a pagar precios más altos por un borgoña, también tienen una salida. La Federación de Sindicatos productores de vinos de Chateauneuf-du-Pape en el valle del Ródano no espera un crecimiento de precios en sus productos.
"No va a afectar al mercado ruso. En todo el mundo hay una sobreproducción gigantesca de vino, que no saben dónde meter. El consumo de vino está en declive en el mundo. En Francia quedan grandes existencias de vino de años anteriores, por lo que estas compensarán perfectamente la falta de este año", aclaró Drobiz.
"Además, Francia compra la cantidad de vino que necesita a España, sobre todo el vino barato y este no sube de precio. El vino más caro puede que suba de precio en otros países, pero no en Rusia", añadió.