"Cualquier cambio del formato será posible solo a condición de la toma de la decisión correspondiente durante la cumbre, mientras la práctica de invitaciones siempre ha existido", dijo Seibert durante una rueda de prensa al comentar la idea de cambiar el formato del G7.
Por su parte el ministro alemán de Exteriores, Heiko Maas, dudó de la necesidad de un formato intermedio entre el G7 y el G20.
Agregó que hay una tradición de invitar a huéspedes a las cumbres del G7 que se debe mantener, sin embargo, subrayó que la decisión sobre los invitados "debe ser acordada dentro del G7".
Los países de América Latina y del Caribe, continuó Maas, "deben tener la voz de invitados" en las negociaciones del G7 donde se debate el tema del coronavirus que es relevante para la región.
A finales de la semana pasada el presidente de EEUU, Donald Trump, anunció su disposición a posponer la cumbre del G7 para septiembre por la pandemia del COVID-19 e invitar a los líderes de Rusia, Australia, la India y la República de Corea. El 2 de junio Trump informó al presidente ruso, Vladímir Putin, de su iniciativa.
El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, comunicó que "las modalidades y los matices" de la idea de la Casa Blanca se debatirán por los canales diplomáticos.
El G7 está conformado por Canadá, Francia, Alemania, el Reino Unido, Italia, Japón y EEUU desde 2014, cuando fue suspendida la participación de Rusia en medio de las tensiones por la crisis de Ucrania y los sucesos en Crimea.
