El Gobierno surcoreano, según él, procurará que su decisión de abandonar el acuerdo GSOMIA sobre el intercambio de información militar clasificada con Japón no repercute en la alianza de Seúl con Washington.
Kim añadió que Seúl se propone también mejorar sus capacidades de defensa mediante el aumento del presupuesto correspondiente y la adquisición de activos estratégicos, incluidos los satélites militares.
Las relaciones entre Seúl y Tokio se fueron enfriando considerablemente en las últimas semanas.
A principios de julio pasado, Japón limitó el suministro a Corea del Sur de los tres componentes químicos necesarios para la fabricación de semiconductores y equipos electrónicos, y en agosto anunció que eliminará a Corea del Sur de la lista de naciones que gozan de preferencias en materia del control de exportaciones.
Por su parte, Corea del Sur atribuyó las restricciones a la disputa sobre el pago de indemnizaciones a las víctimas del trabajo forzoso durante el período de la ocupación japonesa de la península de Corea, de 1910 a 1945, y, en represalia simétrica, decidió eliminar a Japón de su "lista blanca".
La cancelación recíproca de preferencias, que se hará efectiva en las próximas semanas, implicará para ambas partes la obligación de solicitar permiso cada vez que adquieran productos y tecnologías de doble uso, trámite que suele prolongarse por mucho tiempo.