El 2 de octubre tres ministros franceses declararon en un comunicado conjunto que Francia congela los activos de dos ciudadanos iraníes, así como de la Dirección de Seguridad Interna del Ministerio de Inteligencia de Irán, al destacar "su determinación en la lucha contra el terrorismo en todas sus formas, especialmente en su propio territorio".
"Una vez más, negamos estas acusaciones y alegaciones y expresamos una firme objeción de la República Islámica de Irán a la detención del diplomático iraní", declaró el portavoz oficial de la Cancillería iraní, Bahram Qasemi, citado en la nota ministerial.
Qasemi señaló que toda esta situación "es un complot que busca manchar las buenas y crecientes relaciones entre Irán y Europa, que se ajusta a los objetivos de EEUU y el régimen israelí, y que fue manejado por el grupo terrorista que reside en Francia".
Además: ¿Podrá la UE burlar las sanciones de EEUU en el comercio con Irán?
El diplomático llamó a las autoridades francesas "a ser realistas respecto a la República Islámica de Irán", y advirtió de "los malévolos que buscan arruinar con sus nefastas manos los antiguos lazos que tienen Irán y Francia y otros países influyentes europeos".