"Cuando asesoramos a las empresas que quieren abrir su negocio en el mercado iraní y les explico por qué han vuelto las sanciones, piensan que EEUU simplemente sigue una especie de propaganda electoral y que el señor Trump ha dicho de repente que no vale el acuerdo. No es así", ha señalado Habibi en su entrevista con Sputnik.
Su empresa se dedica a asesorar a aquellas empresas españolas que quieren tener presencia en Teherán, muchas de las cuales temen que haya represalias de Estados Unidos por mantener acuerdos comerciales con el país persa.
Con una condición
Habibi revela a Sputnik que el paso que ha dado Estados Unidos responde a la promesa que una vez le hizo a su aliado en Oriente Medio: Arabia Saudí.
"La venta absolutamente tremenda que hizo EEUU de armas a Arabia Saudí —en mayo de 2017— fue crucial. Fue entonces cuando se entendió que las sanciones iban a volver a Irán y que el acuerdo iba a irse al garete", explica.
"Dentro de ese trato, EEUU se comprometía a hacer todo lo posible por romper el acuerdo nuclear iraní porque, fundamentalmente, el acuerdo con Irán era una puerta para que Teherán superara económicamente a Arabia Saudí y para que desarrollase el sector del gas. El gas iraní iba a dejar en un segundo plano al aliado de EEUU en Oriente Medio, Arabia Saudí (…) La decisión de EEUU se explica más por intereses económicos", revela Habibi.
En este sentido, añade que el objetivo final de Arabia Saudí es "tener el control de todo lo que pasa en Oriente Medio" y que, para ello, necesita a EEUU. Con la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca, Riad aprovechó la ocasión.
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"Por eso, más que decir que Trump es un señor que está loco o que es tonto, yo diría que la descripción más objetiva que se le puede hacer es que es un empresario sin escrúpulos o un empresario despiadado", señala el fundador de Ibero-Persia.
Un acuerdo con poca repercusión
"Los mercados que no ocupaban las empresas occidentales se los estaba llevando China", explica.
El acuerdo, explica, supuso menos trabas legales y burocráticas para las empresas extranjeras, pero el propio acuerdo "ni siquiera se ha llegado a desarrollar". No llegó a surtir efecto porque "se necesitaba muchísimo tiempo y esfuerzo de los países occidentales", concluye.
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