Su rival, la coalición de centro-derecha Azul y Blanco, encabezada por el exjefe del Estado Mayor Benny Gantz, obtendría unos 32 escaños en la Knéset (Parlamento israelí).
El bloque de fuerzas de ultraderecha, partidos nacional-religiosos y religiosos ultraortodoxos han prometido su apoyo a Netanyahu, pero si el recuento de votos continúa como hasta ahora, no obtendrán más de 59 escaños.
Los ultraortodoxos Shas y Judaísmo Unido de la Torá conseguirían 10 y 7 escaños respectivamente y la formación Derecha obtendría 6.
Pero Azul y Blanco tiene peores perspectivas para sumar escaños. La tercera fuerza en el Parlamento será la Lista Conjunta, integrada por partidos mayoritariamente árabes, que según el escrutinio real tendría 15 asientos en el Parlamento.
Pero Gantz no va a gobernar con el apoyo árabe, o al menos eso dijo. Tampoco todos los integrantes de la Lista Conjunta están de acuerdo con respaldarlo, sobre todo si no cambia sus políticas respecto a los palestinos.
El escrutinio otorga al ultraderechista laico Israel Nuestro Hogar 7 escaños, pero su líder dejó claro que no serán para Netanyahu si lo apoyan los religiosos, ni para Gantz si lo apoyan los árabes.
La pequeña alianza de partidos de centro-izquierda Laboristas-Gesher-Meretz lograría 7 asientos en la Knéset y se los prestaría a Gantz.
Según The Times of Israel, Jonathan Urich, portavoz del Likud, señaló que su partido ya ha empezado a "trabajar" para convencer a algún diputado opositor de que apoye al bloque de derechas de Netanyahu.
El primer ministro aseguró la madrugada de este 3 de marzo ante la plana mayor de su partido que "esta noche representa una victoria gigante" y que su bloque contaba con 60 diputados de los 61 que necesita para formar gobierno.
Entre aclamaciones constantes y fervor de decenas de seguidores concentrados con banderas de Israel en su cuartel general electoral, en el recinto de la feria de Tel Aviv, Netanyahu aseveró: "Hemos ganado contra viento y marea".
"Es cuestión de tiempo detener estas campañas electorales interminables (…), es tiempo de cicatrizar las heridas, es tiempo de reconciliación", subrayó desde el escenario, junto a su esposa, Sara.
"Durante la campaña he hablado sobre todo lo que pretendemos conseguir en los próximos años: aplicar la soberanía sobre nuestra tierra en el Valle del Jordán", recordó Netanyahu en referencia a anexionar a Israel esta zona y otras de Cisjordania, territorio palestino ocupado por Israel.
Hace dos días, el primer ministro prometió que si los israelíes lo reelegían, la anexión de partes de Cisjordania a Israel, algo ilegal según la ley internacional, sería "cuestión de semanas".