El Ministerio de Defensa de Rusia informó que el 17 de septiembre sobre las 20.00 GMT se perdió la comunicación con un avión Il-20 ruso que regresaba a la base aérea Hmeymim y se encontraba a unos 35 kilómetros de la costa del Mediterráneo.
Israel avisó a Rusia del ataque con apenas un minuto de antelación, en violación de los acuerdos para prevenir los incidentes peligrosos, denunció el ente militar ruso.
El Il-20 fue derribado por un misil del sistema S-200, lo que provocó la muerte de 15 efectivos rusos.
"A Israel solo le importan sus propios intereses, en particular en lo que se refiere a las operaciones militares; no está preparado a sufrir pérdidas militares ni tampoco a verse débil, no le interesa quién es la otra parte, ya sea Siria que cuenta con el moderno armamento ruso, o alguien más", dijo el experto egipcio.
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El experto observó que "Israel se cree capaz de resolver cualquier problema presentando disculpas o enviando a una delegación de altos militares para exponer su posición, se cree capaz de manejar semejantes situaciones".
Comentó de esta manera la visita a Moscú el 20 de septiembre de una delegación de militares israelíes presidida por el comandante de la Fuerza Aérea, Amikam Norkin, que intentó demostrar que Israel no estaba implicado en la tragedia y entregó los datos sobre la misma a la parte rusa.
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El militar egipcio atribuyó la tragedia del Il-20 a la insuficiente coordinación también con la parte siria "para que los aviones rusos no se conviertan en los blancos de los sistemas antiaéreos sirios".
"Esto no le quita la responsabilidad a Israel, sin embargo, se requiere coordinación, especialmente si se tiene en cuenta lo complicado que es el problema sirio y lo numerosos que son los actores implicados sobre el terreno, como Rusia, Turquía, Israel, Irán y otros", resumió Suleiman.