"Todos me preguntan de donde proceden los productos, si les digo que son saudíes o de Dubai no los llevan", comentó a la cadena un vendedor local.
Pese a las grandes rebajas, los clientes se niegan a comprarlos por motivos políticos.
"No llevo sus productos, ya no me interesan más, porque ya ve lo que ellos (Arabia Saudí y Emiratos Árabes) dicen y hacen, uno se siente peor cuando les compra", aseveró una compradora en un mercado.
Los restaurantes de Doha también se negaron a surtirse con productos saudíes.
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El 5 de junio, Arabia Saudí, Bahréin, Egipto y Emiratos Árabes Unidos rompieron relaciones diplomáticas con Catar y suspendieron las comunicaciones terrestres, marítimas y aéreas con la pequeña monarquía del golfo Pérsico, a la que acusaron de patrocinar el terrorismo.
Para normalizar las relaciones, los promotores del boicot presentaron 13 exigencias a Catar, entre ellas, el cierre de la cadena de televisión Al Jazeera, la ruptura de los vínculos con Irán y con el movimiento de los Hermanos Musulmanes y el desmantelamiento de la base militar turca.