Además, los rusos "se mofan" abiertamente de las capacidades furtivas de los cazas estadounidenses, calificando de "fantasías de los diletantes" el concepto de aviones 'invisibles', recuerda el periódico.
La parte siria, también, comparte estas opiniones, según demuestraron varios vídeos sobre S-400 difundidos por las cadenas locales.
Los militares rusos tienen la posibilidad de establecer rápidamente su propia zona de exclusión aérea en Siria, opina el medio.
De ocurrir esto, la mayoría de los aviones de fabricación occidental —los F-18, Eurofighter y Tornado— "no podrán contrarrestar la defensa ruso-siria".
Los bombarderos B-2 y cazas F-22 y F-35 se consideraban hace tiempo "las únicas excepciones" capaces de evitar radares antiaéreos, recuerda el medio.
Hoy en día, los métodos y las herramientas han cambiado, según Mark Gammons, empleado de Boeing entrevistado por Stern.
"Las tecnologías furtivas buscan 'retrasar' la detección, pero este 'retraso' se hace gradualmente más corto. Los radares tierra-aire van adoptando frecuencias más bajas que hacen a la tecnología 'stealth' menos eficaz. Además, los radares de detección a largas distancias actúan en el espectro electromagnético VHF, donde las ventajas del diseño furtivo son casi inexistentes. Estos radares también están integrados en los sistemas de defensa antiaérea, sus datos permiten apuntar los misiles", explicó Gammons.
Así, se desconoce el vencedor definitivo de la carrera tecnológica de las tecnologías furtivas vs. los radares antiaéreos modernos, nota Stern.
"Nadie podrá dar una respuesta final… hasta que se produzca el primer incidente grave", concluye el medio.
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