Macron es un Presidente sin diputados. Deberá convencer de nuevo a los franceses de otorgarle una mayoría en una Asamblea compuesta por 577 escaños. Y él no tiene dudas: "Desde 1958 nunca se ha visto que el pueblo francés diga en las legislativas lo contrario de lo manifestado en las presidenciales ".
A partir de su toma de posesión, Macron tendrá un mes para convencer a la ciudadanía de la necesidad de contar con el apoyo necesario para defender su programa. Para él es una reválida; para la derecha será la hora de la revancha; para los socialistas, una tabla de salvación que les permita seguir existiendo; para Marine Le Pen y Jean-Luc Melenchon, la oportunidad de reflejar en diputados la esperanza que sus propuestas han generado entre sus partidarios.
La moralización, primera medida.
Macron quiere también ser un ejemplo en las formas. Los futuros responsables de los ministerios deberán pasar un examen anual para ver si ha cumplido los objetivos que se les impondrá. Si fracasan, a la calle. Se acabó, según quiere el nuevo Presidente, la sacralización y la institucionalización de los puestos.
El saneamiento de la vida política es otra de las premisas que Macron ha reiterado durante los sietes meses de vida de En Marcha. Así, pretende lanzar un proyecto de ley de "moralización de la vida pública", antes de las elecciones generales. En esa iniciativa quedará bien claro que los parlamentarios no podrán ya contratar a sus familiares, no podrán tener antecedentes penales, no podrán ejercer como consultores y su remuneración será fiscalizada. El régimen especial de jubilación del que gozan los legisladores será tambien abolido.
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Para muchos será solo medidas simbólicas, pero el Penelopegate y otros escándalos menos publicitados, protagonizados por algunas señorías de distinta ideología, han propiciado la oportunidad de jugar con los símbolos y enterrar viejos hábitos adquiridos hace siglos.
Confrontación con los sindicatos
Macron había ya anunciado su intención de bajar de cargas sociales a las empresas (entre 6 y 10 puntos) y la reducción del impuesto de sociedades, entre un 33,3 a un 25%, para dejarlo a nivel europeo. Como contrapartida, las empresas serán sancionadas si abusan de los contratos temporales.
La confrontación con los algunos sindicatos será inevitable. Una de las medidas más combatidas en la calle durante el mandato de François Hollande es la Ley de Trabajo, conocida como la Ley el Khomry, por el nombre de la Ministra que la defendió en las cámaras y en la calle.
El nuevo Presidente ya ha anunciado que se reunirá rápidamente con los líderes sindicales para iniciar el diálogo y explicar en concreto sus planes
Exigencia a los desempleados
Macron quiere poner en marcha rápidamente su plan para facilitar el retorno de los desempleados a la actividad. Confía en su plan de formación (15.000 millones de euros), ahora inexistente. Exigirá, a cambio, que a los parados que se les ofrezca un puesto similar al que perdieron no puedan rechazarlo más de dos veces si son " decentes ", es decir, con un salario no más de un 25 % inferior al anterior.. Medidas que en otros países europeos han sido aplicadas sin gran revuelo, pero que en este país suponen para algunos una herejía.
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La aplicación de este programa dependerá del número de diputados obtenga En Marcha el 11 y 18 de junio. En todo caso, son propuestas que el centro derecha y el grueso del PS podrían apoyar, dependiendo de sus resultados, pues las han defendido en durante años, sin tener el coraje de ponerlas en práctica.
Europa empieza en Berlín
Esperando una mayoría presidencial en la Asamblea, Macron tendrá tiempo también para iniciar un Tour de Europa, donde será mejor recibido que en muchos lugares de su país. No quiere que le consideren un "eurobeato" y ha manifestado su deseo de reformar también la UE y reformar la eurozona. A la larga, Macron defiende un presupuesto común europeo. En Berlín, su primer desplazamiento, le recibirán con alivio, pero será difícil que acepten esta medida y, en todo caso, Alemania espera que Francia haga sus deberes, inicie reformas y cumpla con los limites presupuestarios exigidos por Bruselas.
Macron, que en un principio apoyó la politica inmigracionista de Angela Merkel, propone una mezcla de humanidad y dureza en este apartado. Acoger más inmigrantes, pero expulsar también a una mayor número de los que ahora no obtienen el permiso para residir o el estatus de refugiado.
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Emmanuel Macron tendrá las puertas abiertas de las tres fuerzas políticas que dominan el escenario europeo: centroderecha, socialdemócratas y liberales. Es un consenso que soñaría con obtener también en su país. Pero antes, deberá pasar de nuevo por la prueba de las urnas y refrendar un éxito que le sirva para pasar un verano menos caliente del que muchos le vaticinan.
Marine prepara las legislativas
Los Republicanos (LR) del centroderecha intentarán convertirse en una fuerza no de oposición, sino en el partido mayoritario en la Asamblea. Los que dan por muertos a los partidos tradicionales podrían verse así sorprendidos en pocas semanas.

Jean-Luc Melenchon aprovechó también su declaración oficial post-resultados para comenzar su nueva campaña. La Francia Insumisa espera robar al Partido Socialista su franja izquierdista y entrar en tromba en la principal cámara legislativa.
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE SPUTNIK