"Por supuesto que sí", respondió Tijanóvskaya a un periodista que le hizo esa pregunta durante una rueda de prensa celebrada este 10 de agosto.
Tijanóvskaya resaltó que la oposición aboga por "cambios pacíficos" y calificó de "desmesurada" la respuesta del Gobierno a los ciudadanos que "se quedaron en los colegios para proteger sus votos".
"Por nuestra parte, lo haremos todo para que no vuelva a ocurrir", afirmó.
Según ella, las autoridades "han perdido la conexión con el pueblo" y desoído el llamado a no ejercer la violencia.

A la pregunta de si teme un arresto, Tijanóvskaya respondió negativamente.
"No veo ninguna razón para que me arresten", dijo.
También descartó la posibilidad del exilio. "No tengo la intención de abandonar Bielorrusia", afirmó.
Una portavoz de la campaña de Tijanóvskaya, María Kolésnikova, afirmó este 10 de agosto que las autoridades "deben asumir la derrota y darse cuenta de que no hay manera de falsificar la voluntad expresada por el pueblo bielorruso".
Más tarde la Comisión Electoral Central (CEC) informó que Tijanóvskaya impugnó el conteo de los votos en los comicios presidenciales.
"Tijanóvskaya llegó este lunes [el 10 de agosto] a la CEC y presentó un recurso", dijo a Sputnik un portavoz del organismo.
Numerosas personas se echaron a la calle en Minsk y otras ciudades de Bielorrusia para expresar su descontento con el recuento oficial, lo que derivó en enfrentamientos con la Policía que usó granadas aturdidoras, gases lacrimógenos y cañones de agua para dispersar a los manifestantes.
Al menos 39 policías y más de 50 civiles resultaron heridos durante los desórdenes públicos que derivaron en la detención de unas 3.000 personas, una tercera parte de ellas en Minsk, según el Ministerio del Interior bielorruso.