Tras un somero proceso de identificación, los migrantes fueron trasladados en tres autobuses a un centro de internamiento provisional en Mesina, previamente a su redistribución entre la Iglesia italiana, Albania e Irlanda.
La odisea del Dicioti llegó a su fin poco después de que el fiscal jefe de Agrigento, Luigi Patronaggio, anunciara la apertura de una investigación contra el titular del Interior, Matteo Salvini, por presuntos delitos de secuestro, arresto ilegal y abuso de poder.
Salvini calificó de "vergonzosa" la decisión de "investigar a un ministro que salvaguarda la seguridad de este país". "Pueden arrestarme a mí, pero no la voluntad de 60 millones de italianos", afirmó en un acto público.
Las autoridades maltesas no permitieron a los marineros italianos desembarcar a los migrantes rescatados en uno de sus puertos.
Diciotti estuvo cinco días en las proximidades de la isla italiana de Lampedusa, esperando la decisión del Gobierno italiano, y solo el pasado lunes 20 logró transportar a los migrantes a Sicilia.
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Sin embargo, Salvini prohibió desembarcar a los migrantes y exigió solucionar el problema a nivel europeo, poniendo en marcha la práctica de redistribución de migrantes entre los países de la UE.