En total convirtieron un total de siete cajeros automáticos del centro de Madrid en improvisadas urnas del referéndum griego en las que se podía ver los votos negativos y decenas de dracmas, la moneda griega previa al euro.
"Creíamos que podía ser el principio de un cambio político en la vieja y caduca Europa, en esta ocasión no estábamos protestando, estábamos festejando", aseguran los artistas a esta agencia.
La acción apenas tuvo repercusión en el momento de hacerla, a mediados del mes de julio, dado que la instalación solamente duró ocho horas, hasta que fue retirada por los empleados de los bancos o por agentes de policía.
"La repercusión ha llegado días después de que publicáramos la intervención en nuestras redes sociales", aseguran, tras afirmar que varios medios de todo el mundo se han hecho eco de su performance.
"Con la entrada en vigor de la Ley Mordaza, cualquier acto que parezca tener un cierto carácter subversivo puede tener consecuencias muy desagradables y cuantiosas, a pesar de que nosotros nunca dañamos los elementos sobre los que intervenimos", señalan los artistas, en referencia a la Ley de Seguridad Ciudadana que entró en vigor en julio, conocida popularmente como Ley Mordaza por sus detractores.
Sin embargo, con la perspectiva necesaria desde aquel referéndum, los artistas aseguran sentirse ahora un poco decepcionados.
Tema: Referéndum en Grecia
En cualquier caso, "la acción está hecha y quizás en un futuro, no muy lejano, vuelva a tener sentido; mientras tanto, todo nuestro respeto a los griegos", concluyen los artistas.