Según explicó la oficina de Rajoy en un comunicado, en esa reunión ambos acordaron "reforzar su acuerdo político para la defensa del orden constitucional en España".
En este sentido, ambos dirigentes coincidieron en "rechazar cualquier intento de poner en marcha estructuras políticas distintas a las únicas válidas, que son aquellas contempladas en la Constitución".
Asimismo, ambas parten acordaron vigilar de manera exhaustiva "el cumplimiento de la legalidad" en el uso de los fondos públicos en Cataluña para que estos no sean destinados a financiar ningún intento de ruptura con el Estado.
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Finalmente, el presidente del Gobierno y el secretario general del PSOE trasladaron a la sociedad española "un mensaje de serenidad y de firmeza en la defensa de la concordia civil" bajo las banderas de "la legalidad vigente, la Constitución Española, la soberanía nacional y la unidad de España".
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Tras el encuentro con Rajoy, Pedro Sánchez ofreció una rueda de prensa en la que explicó que coincidió con el presidente del Gobierno en que no se permitirá bajo ningún concepto que el Gobierno catalán elabore "instituciones paralelas".
Del mismo modo, Sánchez destacó que "todavía hay elementos suficientes" para una nueva intervención de las instituciones catalanas desde Madrid.
La toma de posesión del nuevo presidente catalán conllevará el levantamiento del artículo 155 de la Constitución, aplicado por el Gobierno central —con el visto bueno del Senado y la mayor parte de la oposición— para cesar al anterior Gobierno catalán y convocar elecciones.
No obstante, Sánchez subrayó que, si Quim Torra desarrolla una línea de actuación acorde con su discurso rupturista, éste deberá "atenerse a las consecuencias" y afrontar con casi toda probabilidad una nueva aplicación del 155.