"Como presidente de Chile, pensando solo en el mejor interés del país, en el bienestar de todos nuestros compatriotas y en la buena marcha de nuestro Gobierno, he decidido aceptar su renuncia", dijo Piñera en conferencia de prensa.
Piñera rechazó estos dichos y aclaró que el museo "recoge testimonios, vivencias, evidencias y enseñanzas de un periodo muy oscuro de nuestro país".
Sin embargo, matizó las afirmaciones de Rojas, señalando que "nadie puede negar que a lo largo de toda su vida, Mauricio ha tenido una permanente y consecuente posición de rechazo y condena a toda forma de violación de los derechos humanos".
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"De hecho, su propia familia sufrió esos atropellos a lo largo de la década de los 70", sostuvo Piñera.
Mauricio Rojas alcanzó a durar un poco más de tres días, ya que el 9 de agosto en la tarde había sido nombrado por Piñera para reemplazar a la exministra Alejandra Pérez.
Rojas el converso
Tras esto, volvió a vivir en Chile y formó lazos con la derecha chilena y con Piñera, quien lo contrató en marzo de este año para escribir sus discursos.
Finalmente, el 9 de agosto Piñera lo nombró como ministro, y el fin de semana la prensa local publicó algunos dichos del 2016 donde Rojas había manifestado que el Museo de la Memoria "es un montaje, cuyo propósito es impactar al espectador, impedirle razonar".