"El voto en blanco constituye una expresión muy importante de censura o de rechazo a los candidatos actuales en Colombia, pero a la vez demuestra la aceptación de los ciudadanos al sistema democrático", dijo el constitucionalista Juan Manuel Charry en diálogo con Sputnik.
"Se están rompiendo esquemas que venían del pasado y que ubican a la institucionalidad en la derecha [que representa Duque] y a la izquierda en un movimiento de cambio impulsado por un candidato que pertenecía a un movimiento guerrillero", afirmó en referencia a Petro, quien integró la organización M-19.
La intención por el voto en blanco pasó de 8% después de realizada la primera vuelta electoral (el pasado 27 de mayo) a 14% esta semana, reveló la firma Yanhaas en una encuesta difundida el 5 de junio por varios medios de comunicación local.
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En los pasados comicios, Duque y Petro sumaron un caudal electoral cercano a los 12.500.000 votos, pero hay otros 6.500.000 sufragios que optaron por los otros cuatro candidatos que entonces estaban en contienda y que ahora pueden decidirse por el voto en blanco o abstenerse de ir a las urnas.
"Ese hecho pone en evidencia la insatisfacción que existe por parte de millones de electores con las propuestas de ambos candidatos", agregó Charry, experto en derecho constitucional y ciencia política del Centro de Estudios Constitucionales de Madrid.
Posturas moderadas
Hace cuatro años, en el marco de la contienda entre el derechista Óscar Iván Zuluaga y Juan Manuel Santos, que finalmente logró su reelección, el voto en blanco representó 4,02% de los votos.
En teoría, el voto en blanco ha de llevar al nuevo mandatario a pensar en posturas políticas más orientadas al centro, pero en la práctica no es más que un simbolismo que en nada afectará los resultados que se obtengan en segunda vuelta.
Aun así, sus efectos ya se sienten entre los propios candidatos, que han moderado el discurso para atraer a los electores de centro, a los indecisos y a quienes aseguran que se abstendrán de sufragar.
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De ese modo, mientras el derechista Duque dejó de anunciar modificaciones al Acuerdo Final de Paz firmado con la ahora disuelta guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), el izquierdista Petro moderó su discurso respecto de convocar a una Asamblea Constituyente al día siguiente de asumir como Presidente.
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Según la sentencia C-490 de 2011 de la Corte Constitucional, el voto en blanco es "una valiosa expresión del disenso con efectos políticos a través del cual se promueve la protección de la libertad del elector" en procesos "orientados a proveer cargos unipersonales y de corporaciones públicas de elección popular".
De este modo, aunque el voto en blanco llegue a ganarle a Duque y a Petro en la segunda vuelta, no cambiaría en nada el resultado, ya que el ganador será el que obtenga el mayor número de votos.
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Otra opción que se impulsa desde algunos sectores es el llamado "abstencionismo activo", que invita a los electores a depositar en las urnas el tarjetón sin marcar, lo cual no tiene los mismos efectos jurídicos que el voto en blanco.
"El voto en blanco tiene la connotación precisa de que se acepta el sistema democrático más no los candidatos existentes, ya que no son opciones para el elector, mientras que la abstención activa permite distintas lecturas, como que el ciudadano no está de acuerdo con el sistema electoral o que no le gusta votar", explicó Charry.
Sea cual fuere el resultado, lo cierto es que el voto en blanco puede ser una sorpresa en las urnas capaz de reflejar una expresión popular de gran significado para el próximo gobierno colombiano que ha de posesionarse el 7 de agosto, luego de que Santos culmine el mandato que tuvo al frente del país por dos periodos consecutivos de cuatro años.
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Más de 36 millones de colombianos están habilitados para votar en la segunda vuelta electoral del 17 de junio, en la que un país polarizado deberá elegir entre el derechista Duque, que lidera la intención de voto con 52%, y el izquierdista Petro, que le sigue con 34%, según la encuesta de Yanhaas.