"Nuestra planta industrial comenzará a arrancar en 2019, justo en el gran boom del litio", señaló Echazú al evaluar los avances logrados por Bolivia en este rubro, que se proyecta como uno de los más prometedores para el país.
"Se trata de un ambicioso objetivo de una cadena de plantas que, en el caso del litio, empieza con la producción de dióxido de litio y sigue con la elaboración de materiales catódicos y luego baterías; por otro lado está la planta de sulfato de potasio", explicó el viceministro.
En ese marco, el Gobierno boliviano espera definir la empresa que se hará cargo de la construcción de la planta industrial de litio en enero de 2018, pues hasta la fecha continúan las negociaciones con las firmas proponentes, señaló Echazú.
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En el último año, "el precio ha subido casi el doble, de 7.000 a 16.500 dólares, lo que está mostrando la enorme demanda de litio en el mundo", explicó el viceministro.
Como parte del aprovechamiento de los recursos que ofrece el Salar de Uyuni, el Gobierno tiene un avance del 92% en la planta de cloruro de potasio y tiene programado comenzar la producción industrial a mediados de 2018.
Las labores de explotación de los recursos del Salar de Uyuni se concentran en menos del 4% de este territorio que, con sus más de 10.500 kilómetros cuadrados, es considerado el mayor reservorio mundial de litio.