Los respiradores electromecánicos se han vuelto una de las herramientas médicas fundamentales en la guerra contra el coronavirus. Los enfermos de gravedad sufren de insuficiencia respiratoria por lo que estos artefactos son elementales para asistirlos artificialmente a respirar durante las internaciones en terapia intensiva.
Se estima que hay alrededor de 8.500 camas de internación equipadas con respiradores en el país, pero 80 % están ocupados por pacientes que no están infectados de COVID-19.
Una de las medidas del Gobierno nacional fue solicitar 1.500 respiradores a China. En simultáneo, pidió a los tres únicos fabricantes nacionales de estos artefactos suspender sus exportaciones y comprometerse a multiplicar su producción, que será adquirida por el Estado para repartir entre distintos hospitales de las zonas más comprometidas por el virus.
Emergencia de respiradores

También cordobesa es la planta de Leistung Ingeniería, que exporta 30 % de los 300 equipos que fabrica anualmente, pero que ahora multiplicará su oferta a corto plazo a 1.000 artefactos.
Por su parte, diferentes emprendimientos se pusieron al hombro la fabricación de respiradores de bajo costo. La Universidad de Rosario aseguró que dio inicio a un proyecto para producir artefactos que costarán entre 10 y 20 % del valor de mercado. Además, una pyme solidaria producirá válvulas con tecnología de impresión en 3D para proveer a los fabricantes.
En Argentina, el primer caso de coronavirus fue confirmado el 3 de marzo. Desde entonces, la enfermedad COVID-19 causó la muerte de ocho personas y cuenta con alrededor de 400 contagiados ratificados, aunque el número de sospechosos con síntomas compatibles y en estudio se calcula que puede ser diez veces mayor.