"En una conversación abierta y de confianza Rusia reiteró a los socios que considera inaceptable la intervención destructiva desde fuera, especialmente con el uso de la fuerza, en los asuntos de Venezuela, y que la presión de sanciones hace daño y es importante resolver los problemas mediante un diálogo pacífico e interno", informó la Cancillería rusa.
El jefe del Estado venezolano, Nicolás Maduro, quien asumió el segundo mandato el 10 de enero, calificó la declaración de Guaidó como un intento de golpe de Estado y responsabilizó a EEUU de haberlo orquestado.
Varios países del continente americano, con EEUU a la cabeza, desconocieron a Maduro y expresaron su apoyo a Guaidó; México y Uruguay se abstuvieron de hacerlo, ofreciéndose a mediar en una solución política de la crisis; y Rusia, China, Cuba, Bolivia, Irán y Turquía, entre otros, reafirmaron su respaldo al actual Gobierno venezolano.
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La Unión Europea exigió que en el país sudamericano se celebren nuevas elecciones presidenciales hasta el 3 de febrero y advirtió que en caso contrario tomará más medidas, incluido el posible reconocimiento de Guaidó como líder venezolano.
El 31 de enero la jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini, anunció que los Estados miembros de la UE y algunos países latinoamericanos decidieron establecer un grupo de contacto sobre Venezuela cuyo objetivo será crear las condiciones necesarias para la celebración de nuevas elecciones y lograr "una solución pacífica y democrática" a la crisis.
