"Estamos cumpliendo nuestra decisión de huelga de hambre nacional en defensa de la democracia y del voto ciudadano", dijo según reportes radiales el presidente del Comité Cívico de Santa Cruz, Fernando Cuéllar, tras la instalación de un piquete de ayuno en la plaza central de esa ciudad oriental, bastión de la derecha.
Los comités cívicos encabezados por el de Santa Cruz, generalmente derechistas y que se atribuyen en diverso grado la representación de la sociedad civil, quedaban convertidos así en la punta de lanza de los afanes de la oposición por impedir que Morales sea candidato en las elecciones venideras.
Cuéllar anunció que él mismo se incorporará al ayuno de los cívicos cruceños, instalados a pocos metros del sitio donde el pastor evangélico Humberto Peinado, candidato vicepresidencial de un partido populista, cumplía el octavo día de ayuno por la misma demanda de inhabilitación de Morales.
Otro grupo de ayunadores se ubicó también este 13 de diciembre en el atrio de un templo católico en la ciudad central de Cochabamba, organizado por el comité cívico regional, informó la red privada de televisión Unitel.
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Los comités de la mayor parte de las capitales de los departamentos de Bolivia habían dado plazo hasta la noche del miércoles para que el TSE revoque la habilitación de las candidaturas de Morales y su vicepresidente Álvaro García.
A la par del ayuno de protesta, el TSE evaluaba media docena de impugnaciones legales a la candidatura de Morales presentadas por candidatos y plataformas ciudadanas de oposición, entre las que destacaba la demanda del grupo Bolivia dijo No y el partido derechista Demócratas con respaldo de más de 100.000 firmas.
Las impugnaciones podrían ser el último recurso legal para quienes procuran la anulación de la candidatura de Morales antes de las elecciones primarias convocadas para el 27 de enero, antesala de las generales de octubre de 2019.
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El último de esos ataques, el más grave hasta ahora, ocurrió el martes cuando una marcha iniciada por estudiantes universitarios de Santa Cruz degeneró en un ataque vandálico a las oficinas electorales de esa ciudad, que terminaron casi totalmente incendiadas.
El oficialismo liderado por Morales, quien gobierna desde 2006, han denunciado que las protestas opositores buscarían generar convulsión social y eventualmente impedir las elecciones primarias.
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