"El tono cambiará (…) no habrá un énfasis tan grande en las sanciones, en el intento de aislamiento… Habrá un intento de diálogo, lo que no quiere decir que vaya a reconocerse a Maduro y a rechazar a Guaidó, pero cambiará el tono", estimó.
El excanciller brasileño, que lideró la diplomacia del país en los años del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2011) y fue ministro de Defensa con Dilma Rousseff (2011-2016), cree que la futura administración estadounidense buscará aliados en Latinoamérica para resolver la cuestión venezolana, y que Brasil no estará entre ellos.
En su opinión, la postura del Gobierno de Jair Bolsonaro de considerar a Maduro como un dictador ilegítimo y reconocer únicamente al autoproclamado presidente Juan Guaidó dificulta que tenga cualquier peso en el futuro tablero de la geopolítica regional.
"Brasil no tiene ninguna capacidad, lo apostó todo en la derrocada de Maduro", afirmó Amorim, que lamentó que el país haya perdido su antigua vocación diplomática: "Será la primera vez en que haya una crisis en un país vecino y Brasil no tenga ningún papel".
Hace unas semanas, en plena campaña electoral en EEUU, Brasil recibió la visita del secretario de Estado de EEUU, Mike Pompeo, que viajó hasta el estado fronterizo de Roraima (norte) para reunirse con inmigrantes venezolanos y aumentar la presión contra Maduro.
La visita fue muy controvertida, ya que muchos analistas y políticos brasileños la interpretaron como una cesión de soberanía por parte del Gobierno brasileño para favorecer los intereses electorales de Trump.
Aislamiento de Brasil
El Gobierno brasileño estará más aislado que nunca tras la victoria de Joe Biden como presidente de EEUU, y deberá intentar readaptarse a la situación, dijo Amorim.
"El Gobierno estará más aislado, no sé cómo será el desdoblamiento, pero ese noviazgo, al menos aparente, que había entre [Jair] Bolsonaro y [Donald] Trump no ocurrirá, habrá que ver si la política externa procura adaptarse a la nueva realidad o si continuará insistiendo en sus ideas actuales", dijo Amorim.
Para Amorim, la clave será ver que facción del Gobierno acaba prevaleciendo, si la más ideológica (representada por el canciller, Ernesto Araújo, ferviente admirador de Trump) o la más pragmática, representada por los militares del Gobierno (como el propio vicepresidente, Antônio Hamilton Mourão) y los ministros más moderados.
El exministro de Relaciones Exteriores cree que, en caso de que el Gobierno opte por una solución práctica y quiera readaptarse a unos EEUU con Biden un gesto importante sería apartar al canciller Araújo, que desde siempre fue muy criticado por ser excesivamente ideológico y alineado a Trump; no obstante, considera que esto no será suficiente.
"No es el ministro, no puedes despedir a la familia (en referencia a los hijos de Bolsonaro, grandes admiradores de Trump), es una adaptación más seria que simplemente destituir al canciller; puede que como parte de esa adaptación decidas cambiar la cara, pero eso no es un cambio profundo", remarcó.
Clima y ambiente
En opinión de Amorim, el clima y el medioambiente serán las cuestiones centrales y las que pueden generar más tensiones en la nueva relación entre Brasil y EEUU, ya que recordó que Biden pretende recolocar a EEUU dentro del Acuerdo de París, pero al mismo tiempo exigirá más compromisos a sus socios.
"El medio ambiente será, sin duda, un área de dificultad", avanzó el exministro, que no obstante cree que EEUU también puede empezar a ejercer presión sobre Brasil en temas como los derechos humanos y la situación de indígenas, mujeres y negros.
Respecto al hecho de que el Gobierno brasileño todavía no haya felicitado a Biden por su victoria, el exministro afirmó que es algo "extraño", porque incluso fuertes aliados de Trump lo hicieron, como el israelí Benjamín Netanyahu, pero que no le sorprende.
"No sorprende porque hay tantas cosas extrañas en este Gobierno… en el fondo es perjudicial no solo para el país, sino sobre todo para el propio Gobierno", estimó Amorim, que cree que el Ejecutivo de Bolsonaro profundiza así en su aislamiento internacional.
El 9 de noviembre, el vicepresidente brasileño aseguró que Brasil felicitará a Biden "en la hora correcta", cuando se resuelva el "embrollo" de los votos falsos, haciendo plausible la tesis de Trump de que hubo fraude en las elecciones del 3 de noviembre, a pesar de que no presentó ninguna prueba en ese sentido.