"El cambio climático ya no es un problema a largo plazo. El punto de no retorno ya no está en el horizonte, lo tenemos encima", dijo este 1 de diciembre el secretario general de la ONU, António Guterres, en una rueda de prensa ofrecida en Madrid antes del arranque de la cumbre.
En su intervención, Guterres afirmó que el ser humano "ha estado en guerra contra el planeta" y por ello abogó por "aumentar la ambición" a la hora de luchar contra el cambio climático.
En el acto inaugural intervendrán personalidades como Antonio Guterres; el presidente del Gobierno de España en funciones, Pedro Sánchez; la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen o la ministra chilena de Medio Ambiente —y presidenta de la cumbre— Carolina Schmidt.
Pese a que la cumbre se celebrará en Madrid, la presidencia del evento seguirá recayendo sobre Chile, que en las últimas semanas renunció a la organización debido a la situación de inestabilidad política que vive el país.
Las claves de la cumbre
El objetivo principal de la COP25 será el desarrollo e implementación de las medidas contempladas en el Acuerdo de París, que marcó el objetivo de contener el aumento de la temperatura global por debajo de los 2 grados centígrados respecto a la era preindustrial, con un especial énfasis en proseguir los esfuerzos para limitar ese crecimiento a 1,5 grados.
Durante la COP25 uno de los principales puntos de discusión será el artículo 6 del Acuerdo de París, relativo a la regulación de los mercados de carbono, un asunto que no quedó cerrado en la cumbre del año 2018, celebrada en la ciudad polaca de Katowice.
Del mismo modo, uno de los asuntos clave de la cumbre consistirá en las discusiones sobre cómo aumentar las contribuciones económicas de los Estados para la lucha contra el cambio climático mediante herramientas como el Fondo Verde para el Clima.
✒️ FIRMAS María Luisa Ramos Urzagaste
— Sputnik Mundo (@SputnikMundo) August 16, 2019
La huella ecológica del cambio climático que nos aplasta
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Otro aspecto a destacar son las discusiones sobre la revisión de los Compromisos Nacionales de Reducciones (NDC), que ponen blanco sobre negro cuáles son los compromisos adquiridos por cada Estado en materia de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.
Las conversaciones en torno a la necesidad de ampliar estos compromisos —que deberán ser revisados por Naciones Unidas en 2020— serán una de las claves de la COP25.
Asistencia
La cumbre, organizada a contrarreloj en apenas dos meses tras la renuncia de Chile, arranca este 2 de diciembre y será clausurada el próximo 13 de diciembre.
En ese tiempo está previsto que 25.000 personas procedentes de los 196 países participantes acudan al recinto ferial de Madrid (Ifema), donde se han dispuesto más de 113.000 metros cuadrados para la celebración del evento.
El evento contará con una destacada presencia de Jefes de Estado y de Gobierno por parte, sobre todo, de países europeos y latinoamericanos.
Los presidentes de Argentina, Costa Rica, Ecuador y Honduras se desplazarán a la capital española para la cumbre, algo que también harán los jefes de Estado o de Gobierno de Bélgica, Eslovaquia, Estonia, Francia, Portugal, República Checa, Rumanía o Letonia, Austria y Croacia.
Algunos de los países más contaminantes del mundo como EEUU, China o la India no estarán representados en la cumbre por sus principales líderes políticos sino por distintas delegaciones gubernamentales.
Más allá de la presencia institucional, la cumbre atraerá también a personalidades de ámbito ecologista como el político estadounidense Al Gore o la activista noruega Greta Thunberg, que hace 18 días emprendió una travesía para llegar a Madrid por medios sostenibles desde EEUU.
La cumbre llega en un momento de efervescencia del movimiento ecologista, que en los últimos meses consiguió sacar a la calle a millones de jóvenes en todo el mundo bajo el paraguas del movimiento Fridays for the Future.
La cumbre de este año se presenta como una edición de carácter técnico para cerrar el acuerdo de París, por lo que no se espera la adopción de grandes compromisos políticos.
No obstante, el evento ofrece una oportunidad para que la comunidad internacional ponga sobre la mesa nuevas ideas para adoptar futuros acuerdos con medidas más ambiciosas, todo ello al calor de la creciente movilización ecologista y, sobre todo, tras la reciente publicación de informes en los que se advierte que la concentración en la atmósfera de gases de efecto invernadero se encuentra en máximos históricos.